“Un grupo de personas que, una noche, al término de una función teatral, va a cenar a casa de una de ellas. Después de la cena, pasan al salón y, por una razón inexplicada, no pueden salir de él”. Con estas palabras resumía Luis Buñuel en sus memorias la trama de su película “El ángel exterminador”. Un planteamiento simple que sólo lo es a primera vista y con el que ahora Blanca Portillo retoma su faceta de directora. Fernando Sansegundo firma la versión de esta joya de nuestro cine que pone en escena un espectacular, en número y talento, reparto de veinte actores entre los que figuran Inma Cuevas, Cristina Plazas, Dani Muriel o Álex O’Dogherty. Podremos ver esta magnífica versión a partir de mañana en el Teatro Español.
DICE FERNANDO SANSEGUNDO, hombre de tablas y autor de esta versión teatral del film, que podría parecer un acto de soberbia e, incluso, un empeño estéril versionar a Buñuel: “Un acto de soberbia y, además soberbia estéril, sería querer ‘repetir’ a Buñuel. Su obra estará ahí siempre. Pero releerlo y transformarlo hoy es una ‘locura’ que merece la pena”, apostilla.
Por eso, con las palabras más presentes que nunca y capitaneados por la directora Blanca Portillo, los actores Hugo Alcaide, Dani Muriel, Juan Calot, Alfredo Noval, Inma Cuevas, Álex O'Dogherty, Abdelatif Hwidar, Francesca Piñón, Ramón Ibarra, Cristina Plazas, Alberto Jiménez, Camilo Rodríguez, Juanma Lara, Irene Rouco, Víctor Massán, Mar Sodupe, Anabel Maurín, Mª Alfonsa Rosso, Manuel Moya y Raquel Varela nos hablan a través de unos personajes de hoy de las ciénagas de esa élite que, aunque se comunique con palabras distintas, escuche músicas distintas y lea otros poemas, viene a naufragar en los mismos remolinos que la retratada por el genio de Calanda.
¿Un “Gran Hermano” del pasado?
Al término de una función teatral, un grupo de personas de la clase alta va a cenar a casa de una de ellas. Tras la cena, pasan al salón y, por una razón inexplicada, ya no pueden salir de él… “Se ha dicho muchas veces que “El ángel exterminador” es la gé-nesis de los realities de convivencia y es cierto. Sólo que los personajes de “El ángel…” no están encerrados ‘voluntariamente’, así que el resultado es mucho más cruel, doloroso, incisivo…”, nos cuenta la directora.
Parodia, sátira o fábula, presente, pasada o futura, lo cierto es que “El ángel exterminador” habla “de nosotros mismos. De algo tan expresivo como el misterio, los miedos, las impotencias, la cobardía o el valor. De cómo nos mostramos al exterior, incluido el espejo, y qué otros ‘yos’ no queremos mirar”, afirma Sansegundo, y finaliza: “No hemos cambiado tanto, no ya desde hace 55 años, sino desde que salimos de las cavernas. Los comportamientos sí, como las formas o las modas; los valores, muy poco; el deseo de encuadrarse en un grupo o una élite, nada”.