Candela Peña estrena mañana «Consentimiento» en el Teatro Valle-Inclán. El texto de Nina Raine está dirigido por Magü Mira e interpretado, además, por Jesús Noguero, Clara Sanchis, Lucía Quintana, Nieve de Medina, David Lorente y Pere Ponce.
Sin consentimiento se viola un cuerpo, se viola una confianza pero… ¿se viola una ley? Las palabras no son de fiar, la memoria nos falla, pero la justicia decide cortando como un cuchillo nuestras verdades y decidiendo los castigos.
Magüi Mira firma y dirige esta versión del excelso texto de Nina Raine con un objetivo: dejar desnuda la verdad para que cada cual la vista según su conciencia, su ética o su conveniencia. Cuatro mujeres –la abogada, la editora, la actriz y la violada– y tres hombres abogados son los siete seres humanos incoherentes, pero que se buscan y se aman irremediablemente.
¿ES VIOLADA UNA MUJER cada vez que consiente hacer sexo con su pareja ignorando que le está siendo infiel?
Trenzadas con la maestría del humor hilarante, la dramaturga Nina Raine saca a la palestra cuestiones llenas de violencia y emo-ción.
“Este texto muestra la tragedia contemporánea que hoy nos arrasa: la falta de empatía. Los sentimientos nos resbalan por la espalda. No somos capaces de ponernos en el lugar del otro. El caso de violación sobre el que pivota la obra, saca a la luz comportamientos y opiniones que sorprenden y enfrentan a amigos y parejas”, comenta Magüi Mira.
La utora y directora de la versión añade: “Nina nos habla de sexo no consentido, de infidelidades, del poder de las palabras que se olvidan con facilidad pero que, en manos de abogados bien entrenados, dominan el mundo. Nos habla del modo frívolo, clasista y despiadado en el que vivimos. Plantea un jaque a la ley que consentimos, una ley hecha por hombres, machista y obsoleta”.
Sin empatía no hay justicia
Una misma realidad y siete puntos del vista. La pieza se desarrolla partiendo de un hecho aparentemente sencillo que desata enfrentamientos violentos y emociones extremas.
“Tres abogados, una abogada, una actriz y una madre ama de casa beben, fuman y se divierten juntos. Paralelamente, dos de ellos –abogados– asumen la defensa de las diferentes partes enfrentadas en un caso de violación.
La víctima es una mujer que procede de un entorno social y cultural muy distinto y distante del de los abogados. Las diferentes posiciones que cada uno adopta ante una supuesta verdad van destapando sus propios conflictos personales. Vemos cómo los juicios morales de los personajes cambian según la situación en la que se producen, cómo los sentimientos distorsionan y alteran los hechos”.
Ya lo dijo Aristóteles: “hacer justicia es buscar los argumentos a favor de tu adversario como los buscarías en tu propio favor”. Sin embargo, la realidad que nos acoge es bien distinta, motivo fundamental por el que este año, más que nunca, el 8 de marzo –Día Internacional de la Mujer– se perfila como uno de los más reivindicativos de los últimos tiempos.
“Esta obra alerta sobre una Justicia injusta que consentimos, machista, hecha por hombres. Esta Ley injusta que nos rige, decide si la víctima de una violación consintió. Y condena. Esta es una buena razón para luchar por los derechos y libertades de las mujeres”, concluye Magüi.