Ramon Fontserè, Chema Adeva, Marta Betriu, Paco Déniz, Alberto Frías, Pedro G. de las Heras, Ione Irazábal, Borja Luna, Roberto Mori, Tamar Novas, Paco Ochoa, Macarena Sanz, Alfonso Torregrosa, Pepa Zaragoza y los músicos Javier Coble, Pau Martínez y Kepa Osés. Un reparto en estado de gracia protagoniza esta nueva producción del CDN que dirige Ernesto Caballero. Un texto absolutamente vigente sobre una figura capital de la historia.
“AHORA SE DICE: que sean así las cosas no quiere decir que tengan que seguir siéndolo. Porque todo se mueve, amigo”.
Ya en la segunda página Bertolt Brecht y Galileo han sentado una de las bases de este apasionante texto: no dar nada por inamovible por inmutable que parezca.
Pero hay mucho más…
Astrónomo, filósofo, ingeniero, matemático, físico, hombre del Renacimiento y padre de la ciencia moderna, su defensa del sistema heliocéntrico hizo caer sobre él el peso de la Inquisición hasta la abjuración de sus propias ideas. Y aún así “es un junco que deja que el temporal no le arranque la raíz”, afirma de él Ramon Fontserè, su alter ego en la escena.
Pero no debe ser nada fácil resumir la vida de Galileo en una obra. En cambio Brecht, haciendo gala de su afilada pluma, reúne en torno a su figura un sinfín de temas: la oposición de la Iglesia al progreso científico; el viejo sueño de unir ciencia, filosofía, artes y política; la responsabilidad social del científico o la propia retractación.
De hecho, el autor necesitó tres versiones para cerrar este interesante relato. Ernesto Caballero, director del montaje, se ha fijado en la tercera, en la que el propio científico explica a su discípulo la gran infamia que ha supuesto esa retractación: una imperdonable traición a la humanidad.
En medio de un escenario circular, metáfora del cambio de perspectiva que pretendía instaurar Galileo, en el que se proyectan imágenes del mundo y el cosmos y rodeados por la música de Hanns Eisler, que enlaza con la música de las vanguardias, pero también con el cabaret alemán de los años 30, catorce actores en estado de gracia dan vida a “una obra ágil, entretenida y también profunda que puede hacer reflexionar por lo que Galileo dice y a lo que se enfrenta”, finaliza Fontserè.
