La Compañía Nacional de Danza cambia los tutús de plato y las coronas por capotes, claveles y castañuelas demostrando que su pasado más reciente, vinculado a la danza neoclásica y contemporánea, no está para nada reñido con otros estilos. Tras 25 años sin llevar a escena un ballet clásico completo, José Carlos Martínez, su director, se ha aventurado a desempolvar la novela de Cervantes para revivir el ballet más español por antonomasia a través del turbulento romance entre Quiteria y Basilio. Será en los Teatros del Canal desde el próximo día 16 de diciembre hasta el 3 de enero.
“POR ESA SOLA GRACIA –dijo a esta sazón Don Quijote– merecería ese mancebo no solo casarse con la hermosa Quiteria, sino con la mesma reina Ginebra”.
¿Triunfará el amor en La Mancha? El Teatro de la Zarzuela es testigo de excepción del turbulento romance entre los dos jóvenes gracias a la Compañía Nacional de Danza que, tras 25 años sin poner en escena un ballet clásico completo, estrena ahora un “Don Quijote” muy festivo.
Un título muy español
Junto con “El Lago de los Cisnes”, “Don Quijote” es uno de los ballets más populares en Rusia. Una pieza llena de color que rompía con el universo etéreo de los ballets clásicos del XIX y daba el protagonismo a la gente del pueblo. “Me he inspirado en todas las versiones originales, la de Marius Petipa, que es la más tradicional, y a partir de ahí he querido darle un toque mucho más español”, nos cuenta el coreógrafo y director de la CND José Carlos Martínez. “Estoy colaborando con Maite Chico, una bailarina de la Compañía de Antonio Gades, que hace una parte pequeñita de la coreografía porque hay fandangos, boleros… El ‘Don Quijote’ clásico es una mezcla de ballet clásico y ballet español”, añade.
Castañuelas, capotes y claveles, seguidillas, palmas y zapateados toman un escenario que a partir del segundo acto, cuando Don Quijote ve a Dulcinea, se vuelve más tradicional y onírico. “La música es la que escribió Minkus. Solo he cambiado pequeños trozos para hacer unos dúos entre los personajes principales donde hubiera un poco más de emoción. Es una versión musicalmente muy tradicional, lo único que cambiamos es la parte coreográfica para que sea más auténtica”, finaliza.