El bailaor José Maya presenta mañana en el Teatro Pavón su Color sin nombre al compás de la pintura del artista Mark Rothko

El bailaor José Maya presenta en el Teatro Pavón su Color sin nombre al compás de la pintura del artista Mark Rothko, un espectáculo en el que experimenta con la danza, la pintura del artista suizo y las artes digitales, que se funden en fascinantes mundos imaginarios y que podremos ver del 14 al 24 de febrero.

Cuando con tan solo 9 años ya puedes compartir cartel en el Teatro Albéniz de Madrid con figuras como Antonio Canales, Juan Ramírez y Joaquín Grilo, sin duda, te espera algo grande. Y a José Maya le han visto crecer las compañías de El Güito y Manolete, el sexteto del maestro de la guitarra Tomatito, espectadores de Francia, Estados Unidos o Canadá, incluso Marc Anthony, Beyoncé o Björk, de los que ha sido telonero con su propio espectáculo. Tras experiencias como “Rizoma” y “Liturgia”, el bailaor madrileño regresa a su casa con “Color sin nombre”, una propuesta muy singular inspirada en la obra del pintor Mark Rothko que se estrenó en Suma Flamenca en noviembre de 2022.

José Maya nació en el seno de una familia gitana llena de arte y talento. Entre sus antepasados, la bailaora Fernanda Romero, el cantaor Rafael Romero ‘El Gallina’, el actor y director de teatro Pepe Maya o el pintor Antonio Maya, entre otros. De todos ellos ha heredado el amor por las artes y una curiosidad intelectual por las diferentes formas de expresión, que han dado profundidad y hondura a sus creaciones.

Con estas raíces, no es de extrañar que en “Color sin nombre”, espectáculo que el prestigioso bailaor estrenó en el festival Suma Flamenca en 2022, la danza, la pintura y las artes digitales se fundan en fascinantes mundos imaginarios.

Un viaje apasionante para los sentidos

“Mark Rothko es uno de mis pintores preferidos, genio del siglo XX, maestro del expresionismo abstracto. Su pintura está cargada de sentimiento, de emoción, de espiritualidad”, nos cuenta el creador madrileño.

Y continúa:

“Para mí el flamenco también reúne todo eso, es un sentimiento antiguo que nace de la profundidad de la tierra. Impregnado de tragedia, éxtasis y muerte. Al igual que la obra de Rothko. Permanecer delante de una obra de este pintor es como estar ante un ritual religioso. Al igual que cuando bailamos y cantamos los flamencos creemos estar en una latitud superior, silenciosa, donde únicamente nos comunicamos con Dios”.

Y así es como el flamenco de Maya y el colorfield painting de Mark Rothko se encuentran, responden y se fusionan sobre el escenario. Unas proyecciones digitales monumentales nos trasladan desde la capilla de Rothko a una serie de paisajes abstractos y oníricos.

Al ritmo de sus pasos, el bailarín nos guía por la profundidad de los colores sensibles y vertiginosos del pintor para revelar toda su fuerza y su dramatismo.

““Color sin nombre” es una experiencia inmersiva en ocho colores de Mark Rothko donde se aúna la danza, la música y las artes digitales fundiéndose en un viaje cargado de sentimiento y emoción”, dice Maya.

Y sigue:

“A través del color de sus obras mi mente penetra y viaja por paisajes imaginarios, guiado con una música que va desde el Kaddish de Ravel a las soleares más primitivas, donde las emociones humanas vibran ante nuestros ojos”.

Y poco a poco se van creando los relieves y tintes de estos paisajes con horizontes infinitos. Contribuyen a ello el taconeo de Maya, las tremendas voces de José Del Calli y Delia Membrive; la percusión poderosa del gran Lucky Losada y la fascinante guitarra de Rycardo Moreno.

 

NOTICIAS RELACIONADAS

Lo más leído
REVISTA TEATROS GRATIS

¡Apúntate a nuestra newsletter!

Recibirás un email semanal con la revista completa, la actualidad destacada y ventajas exclusivas.