1937. La brillante cantata escénica de Carl Orff, “Carmina Burana”, se estrenaba para un público que no ha dejado de aclamarla hasta nuestros días. Muchas han sido las versiones creadas en torno a la genial obra del compositor alemán, pero ninguna con el flamenco como eje central. Por primera vez en la historia, el Ballet Flamenco de Madrid, con Luciano Ruiz al frente, se atreve a mezclar estos 21 poemas profanos y sacros medievales con su especialidad: el arte flamenco.
“¡OH, FORTUNA!”. Se trata del título del archiconocido coro inicial de esta pieza maestra, el mismo que pega el pistoletazo de salida a la que podemos reconocer como una de las obras orquestales más aclamadas del siglo XX. Un éxito que, si bien no ha perdido fuerza con el paso de los años, nunca antes se había fusionado con el género flamenco: “Hacemos una versión flamenca muy contemporánea de la ópera de Carl Orff. Ha habido que crear una puesta en escena y un argumento, una línea, una historia. ¡Y el resultado es excelente! Veréis un escenario donde hay 12 chicos, 13 chicas y la historia de la protagonista, que es la que lleva toda la trama de la obra, una señora que baila maravillosamente y que tiene un físico especial”, asegura Luciano Ruiz, director y autor de las coreografías de la pieza –junto a Iván Gallego–.
Con 30 artistas en escena, la temática compuesta por la primavera, el vino y el sexo se entrelaza con los ritmos absorbentes y un diseño de iluminación que deja brillar el baile del Ballet Flamenco de Madrid en todo su esplendor.
FIESTA FLAMENCA
Estrenada el pasado mes de marzo en la Ópera del Cairo y en Alejandría, esta puesta de largo madrileña se compone de dos grandes partes. La primera, “Carmina Burana”, y una segunda –“Fiesta flamenca”– que recopila las mejores coreo-grafías del BFM y la música en vivo de un cuarteto de cante, guitarra, flauta y percusión: “Es aquí, en los bailes de la segunda parte, donde nos metemos en el flamenco ortodoxo: se hace martinete, soleá por bulerías, tango de Málaga…”, concluye el director.