El Ballet Nacional de España y su director, Rubén Olmo, despiden el año sobre las tablas del Teatro de la Zarzuela. En esta ocasión el regalo es la recuperación, casi 20 años después, de «El loco«, este ballet inspirado en la peripecia artística y existencial del bailaor Félix Fernández ‘El loco’ y su desgarro interior tras seguir hasta Londres a Diaghilev, Massine y los Ballets Russes para estrenar “El sombrero de tres picos”. Un espectáculo ideado y dirigido por Francisco López con coreografía de Javier Latorre que supone una reflexión actual sobre el artista y sus demonios. Un vívido elogio de la locura. La cita, del 9 al 22 de diciembre.
“Es una apasionada historia de amor por el baile vista desde un corazón puro y una mente enferma”.
Así define el coreógrafo Javier Latorre la crónica de cómo pasó Félix Fernández de bailar en un café cantante al sanatorio de Epson diagnosticado de esquizofrenia catatónica.
“Hay historias que se te ponen delante para decirte: aquí hay un argumento para un ballet. La de Félix Fernández, los Ballets Russes y el estreno londinense del “Sombrero de tres picos” es una de ellas, por cuanto conjuga la aciaga peripecia personal del bailarín con el estreno de una pieza fundacional de los grandes ballets narrativos de la danza española”, afirma Francisco López, autor y director.
Un relato conmovedor
Félix conoció una noche a Diaghilev, fundador de los Ballets Russes, al coreógrafo Massine y a la primera bailarina Tamara Karsavina. Preparaban un gran ballet de tema español, en el que participarían Falla y Picasso: “El sombrero de tres picos”. No queda claro qué le ofreció Diaghilev a Félix, si un trabajo como maestro de baile o el primer papel masculino, pero el 22 de julio de 1919, la noche del estreno en Londres, fueron Massine y Karsavina la pareja protagonista. ¿Y Félix? Había desaparecido sin dejar rastro. Cuando lo encuentran, el internamiento es inmediato.
“No perseguía una hagiografía sobre la figura de Félix Fernández, sino una ficción donde reflexionar sobre el artista y sus fantasmas; rindiendo cumplido homenaje a los grandes creadores españoles del periodo de entreguerras del siglo XX y al género del ballet español, convirtiéndolo en protagonista de un nuevo ballet”, dice el director.
Intacta su ilusión, 18 años después del estreno en 2204, Latorre nos cuenta que se han cambiado escenas enteras, músicas y se ha afinado muchísimo la narrativa.
“Vais a ver la obra más completa, estilísticamente hablando y la más compleja, argumentalmente hablando, de las que he creado. Abarca desde la juventud y los comienzos de Félix, marcada por el Flamenco de primeros del XX y la música de Juan M. Cañizares, pasando por el periodo de montaje con los Ballets Rusos en Londres, donde predomina el Clásico Español y se usa la misma música de “El sombrero de tres picos” de Manuel de Falla, hasta llegar a los momentos de locura, donde el estilo dancístico es ecléctico y distorsionado y donde la música de Mauricio, flamenca de raíz, pero de otro planeta, nos introduce directamente en el cerebro de Félix”.
Final de año, una historia conmovedora y espectacular, grandes artistas, un gran teatro.
Si no es suficiente, Latorre apostilla:
“Es un magnífico ballet interpretado por una grandísima compañía, la mejor del mundo en su ámbito y de la que somos mecenas, y podemos estar orgullosos de ello”.