¡La mayor fiesta teatral de octubre cuenta con el mismísimo William Shakespeare como anfitrión! Y todo gracias a la varita mágica de Andrés Lima, el director responsable de convertir la obra del dramaturgo inglés «La comedia de los errores» en una chanza sin precedentes. Acompañados en escena por Fernando Soto, Rulo Pardo, Avelino Piedad y Esteban Garrido, Pepón Nieto y Antonio Pagudo protagonizan este gran éxito de la última edición del Festival de Mérida, el mismo que podemos disfrutar en Madrid por tiempo limitado. ¿Dónde? En los Teatros del Canal del 12 al 22 de octubre.
Esto nos han contado los actores:
Pepón Nieto: Es una fiesta, un divertimento, una comedia de enredos que casi se convierte en un vodevil. Plantea la búsqueda y el encuentro de dos hermanos gemelos que fueron separados al nacer y cómo ese encuentro hace que todo se complique.
Antonio Pagudo: Además, plantea lo perdidos y desconcertados que nos sentimos cuando creemos ser poseedores de la verdad pero nos encontramos en un simple error. La lucha por aferrarnos a la paz que nos produce lo verdadero ante el vértigo de lo inesperado y diferente.
Estamos en Éfeso, ciudad llena de fulleros, de magos capaces de engañar el ojo, de oscuros hechiceros que trastornan el juicio, de brujas asesinas que deforman el cuerpo, de truhanes disfrazados de charlatanes y pecadores libertinos.
Antífolo y Dromio de Siracusa (antigua ciudad de Grecia ahora sita en Sicilia), amo y criado, llegan a la ciudad buscando a sus respectivos hermanos gemelos.
El padre de ambas parejas de palíndromos también llega a Éfeso, siendo detenido por extranjero sin papeles nada más pisar puerto, y es condenado a muerte. Sólo encontrando a sus hijos podrá salvarse.
Antífolo y Dromio de Éfeso (antigua ciudad de Grecia ahora sita en Turquía) viven en la ciudad siendo confundidos con sus hermanos siracusanos. Luciana y Adriana, pareja de estos últimos son las primeras en confundir a sus maridos con sus hermanos. A partir de aquí errores con antiguos deudores, joyas en manos equivocadas, deudas no saldadas, van endemoniando a nuestros personajes hasta el punto de necesitar a un exorcista. Todo se enredará más y más, error sobre error, hasta la aparición de una Madre Abadesa que ni es monja ni es virgen. Entonces es cuando el desastre se convierte en una fiesta.