La única comedia que ha filmado el director danés Lars Von Trier, «El jefe de todo esto», estrenada en 2006, sube a las tablas del Teatro Pavón en una versión teatral española. El director argentino Ricardo Hornos y el actor Fernando Gil han trabajado conjuntamente para dar forma a un texto que pasa del humor danés al castellano a partir de la adaptación escénica que hizo el director británico Jack McNamara. Carol Rovira, Críspulo Cabezas, Aure Sánchez, Laura Laprida y Vito Suárez completan el reparto.
Esta crítica de las grandes corporaciones y la falta de humanidad en las relaciones empresariales, sitúa a sus personajes en la oficina de una empresa que está a punto de venderse. Los compradores quieren conocer al jefe. Pero ese jefe no existe. Es un personaje ficticio creado por el propietario para endosarle las decisiones más incómodas que ha ido tomando. De modo que contrata a un actor para que haga el papel. Sin embargo, el actor querrá poner de su parte más de lo que se le pide. Rodeado de empleados inadaptados a los que se siente próximos, dudará de la misión de vender la empresa que se le ha encomendado.
Al considerar participar en este proyecto que produce MP Producciones, a Gil le atrajo la capacidad de Von Trier de actualizar el estilo de una «pura comedia de enredo» e imprimirle matices de una crítica social hacia la deshumanización que hay detrás del «ultracapitalismo» actual, «en el que el beneficio de un individuo pone en jaque, sin escrúpulos, la vida de un grupo de emprendedores», explica.
«El jefe del jefe» pone en entredicho la falta de escrúpulos que se da dentro de ese sistema capitalista más férreo y radical, que anula dotar de cierto sentido humano y social a determinadas decisiones empresariales que atiendan más al grupo que al individuo.
El director del montaje, Ricardo Hornos, apunta a que en muchas corporaciones se diluye, como en esta obra, la responsabilidad última de las decisiones.
«Cuando uno escucha el informe trimestral de una empresa grande de Wall Street o de Londres siempre hablan de inversores, pero las decisiones las toman otras personas que después dicen: esto fue el comité de dirección…».
Gil y Ricardo Hornos afrontaron desde el entendimiento su trabajo conjunto en la versión castellana de El jefe del jefe.
Para hacerse una idea del tipo de comedia que destila El jefe del jefe puede pensarse en la serie The office y sus personajes alocados y absurdos, en el teatro de Harold Pinter, en el que es más importante lo que se calla que lo que se dice y en donde el subtexto dentro de cada frase de diálogo es el protagonista. Y hay momentos en el que el enredo lleva a tal absurdo que asoma el teatro de Ionesco.