Icono del cine de los 80 y 90 y una de las actrices más conocidas y queridas de nuestro país, Verónica Forqué fallecía ayer en su casa a los 66 años. El mundo de la cultura despide conmocionado a una actriz que ha trabajado con los más grandes directores.
Con cuatro Premios Goya por trabajos como «El año de las luces», «La vida alegre», «Moros y cristianos» y «Kika», quedan en el recuerdo personajes, cintas y series «¿Qué he hecho para merecer esto?', de Pedro Almodóvar, «Bajarse al moro», de Fernando Colomo, «Pepa y Pepe» o «La que se avecina».
En 2020 ganó el Max a mejor actriz protagonista por «Las cosas que sé que son verdad«, un retrato complejo de los mecanismos de la familia -y del matrimonio- desde el punto de vista de cuatro hijos que firmaba Julián Fuentes Reta. Un par de años antes la habíamos visto en «Los cuerpos perdidos» en el Teatro Español, en «La respiración» a las órdenes de Alfredo Sanzol o en el Festival de Mérida con «Los hilos de Vulcano«.
Verónica Forqué, actriz, directora y adaptadora teatral, nació el 1 de diciembre de 1955 en Madrid. Es hija del director y productor Jose María Forqué y de la escritora Carmen Vázquez-Vigo. Realizó estudios de arte dramático en la RESAD y en el CET, completándolos con maestros como Carlos Gandolfo, John Strasberg, Joanna Merlin y Michael Chejov.
Ha participado como actriz en más de 50 películas y numerosas series de televisión, además de en 30 obras de teatro, medio en el que ha cosechado gran éxito con sus trabajos en “!Ay, Carmela!”, “La Abeja Reina” y sobre todo “Shirley Valentine”, de la que representó casi 400 funciones.
También ha dirigido varios montajes teatrales, entre los que destaca ADULTERIOS, la comedia de Woody Allen.