El pasado sábado 8 de marzo fallecía en Bruselas el director de ópera Gerard Mortier a los 70 años de edad debido a un cáncer de páncreas. Calificado por muchos como el l'enfant terrible de la ópera actual fue director artístico del Teatro Real hasta el pasado mes de septiembre.
El director, capaz de despertar amores y odios con sus propuestas innovadoras, ha contribuido a impulsar de manera destacada el panorama operístico y cultural español y a situar al Teatro Real como uno de los teatros líricos de referencia internacional. El Coliseo madrileño le dedicó ayer la función de Alceste, de Gluck, en la que se guardó un minuto de silencio en su memoria. Asimismo se ha comenzado a preparar un Acto de Homenaje en el que los jóvenes tendrán una presencia destacada, recogiendo su herencia como gran impulsor de la ópera como arte abierto a nuestro tiempo y a los nuevos públicos.
Mortier (Gante, 1943 – Bruselas, 2014) estrenó con éxito en Madrid títulos como «El americano perfecto», el «Cosí fan tutte» dirigido por Michael Haneke (coincidiendo con el éxito de su película «Amour») o la adaptación de la oscarizada «Brokeback Mountain», aunque otros montajes no corrieron la misma suerte, como «C(h)oeurs» o el «Don Giovanni» de Tcherniakov.
