El Teatro Bellas Artes levanta el telón con «Eduardo II, ojos de niebla»

El Teatro Bellas Artes levanta el telón con «Eduardo II, ojos de niebla«. Tras el éxito de “Cyrano de Bergerac”, La Nariz de Cyrano, compañía que nació en 2017 de la mano de José Luis Gil, Alberto Castrillo-Ferrer y Ana Ruiz, se une ahora a Contubernio y Pentación para poner en escena “Eduardo II, ojos de niebla”. Desde el 9 de septiembre.

Un texto histórico de autor contemporáneo, Alfredo Cernuda, de una belleza y calidad equiparable a cualquiera de nuestros clásicos. La vida del rey Eduardo II de Inglaterra es recreada sobre las tablas por un elenco de lujo dirigido por un Jaime Azpilicueta que vuelve al teatro de texto: a José Luis Gil y Ana Ruiz se unen Ricardo Joven, Carlos Heredia y Manuel Galiana

ANTE USTEDES Eduardo II, rey de Inglaterra, y una historia de amor, de odio, de pasión y de lucha por el poder… Un rey enamorado de Hugo LeDespenser y coaccionado por su ‘inaceptable’ homosexualidad.

Y de la mano, el resentimiento de su esposa, la reina Isabel; el odio de Mortimer, Barón de Wigmore, que le empuja a conquistar a la reina en su afán de poseer algo más que la corona; las intrigas de la Iglesia; el poder jugando una partida desleal con las cartas marcadas o convenidas; servilismo ante el dinero, dios imprescindible para ganar la batalla…

Una historia de ayer, hoy y mañana

José Luis Gil, Ana Ruiz, Manuel Galiana, Ricardo Joven y Carlos Heredia protagoninzan esta obra, más que un drama histórico, que, pese a estar ambientada en el siglo XIV, es una historia de ayer, de hoy y de mañana.

“Es una confrontación entre poderes. La iglesia y el poder del estado, la opinión pública y la realidad pública, la libertad y la falta de ella. El poder que nos domina y nos ha dominado siempre”, afirma Jaime Azpilicueta, director de este montaje que nos pone en un espejo “la libertad del ser humano, amordazada a través de la historia por las religiones y los dictados políticos. Hablamos de la tragedia de la elección de sexo, pero no es más que una máscara para abrir el cajón de muchas libertades”.

Azpilicueta vuelve ahora al teatro de texto tras muchos musicales. Parapetado por un grupo de actores “impresionante” y por un equipo de lujo –Julio Awad, Maximiliano Lavía–, su puesta en escena está cimentada en “En la palabra. En la austeridad. Sobre todo en los actores”, nos cuenta, y en el hechizo que le produjo la obra y su autor.

“Contar una historia de tantos siglos atrás y encontrar los paralelismos actuales para que el espectador escuche y comprenda el argumento como si fuera protagonizado por gentes de hoy mismo es lo que le hace a Cernuda moderno y clásico a la vez”.

 

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