José Sancho no pudo subirse al escenario por última vez. Ensayaba junto a Gloria Muñoz y José Luis Torrijo «La amante inglesa», un montaje dirigido por Natalia Menéndez que no pudo estrenar, aunque sí nos contó en esta entrevista muchos secretos del texto de Marguerite Durás que estará en las Naves del Español hasta el próximo día 10 de marzo con José Pedro Carrión en el papel de Pedro Lannes.
Aunque el cine y la televisión le han dado grandes papeles -inolvidables son ya uno de los primeros, El Estudiante en «Curro Jiménez», y uno de los últimos, don Pablo en «Cuéntame cómo pasó»-, José Sancho ha sido, sin duda, uno de los grandes actores de nuestra escena. Hace un año, mientras dirigía y protagonizaba «Los intereses creados» en Madrid, nos contaba que le asustaban poco las crisis: «Cuando era joven no tenía, a veces, ni para merendar un triste boniato. Sé que la mejor manera que hay de vencer las crisis, hablo a nivel personal, no a nivel político –que de eso no me fío nada, matizaba- es seguir luchando y si hay que comer un boniato, comerlo, pero saber que al día siguiente podrás comer dos».
A continuación reproducimos la entrevista que le hacíamos en el mes de febrero mientras ensayaba su último proyecto, «La amante inglesa».
¿Qué es “La amante inglesa” ?
Es un encuentro de tres personajes. Hay un interrogador que hace que se vayan confesando cada uno de ellos según su estado de ánimo y el público es el que tiene que escucharles y decidir quién miente y quién no miente.
No es una función muy al uso.
Es un ejercicio teatral de interpretación de actores y de interpretación de un texto complicado, como son todos los textos de Marguerite Durás, pero que con la ayuda del equipo saldremos a flote. Sí, es una función casi experi-mental dentro del teatro comercial.
Dice Natalia Menéndez que éste es un texto que inquieta. ¿Qué preguntas se ha hecho Pepe Sancho?
No soy mucho de hacerme preguntas, prefiero que me las conteste la dirección. El texto se reduce a una especie de psicoanálisis individual en el que cada uno, como la vida misma, va cambiando de opinión según la respuestas del otro, con lo cual es muy difícil que el público saque una respuesta concreta de lo que es la función.
Háblenos de su personaje.
Es el marido de la esposa que, en teoría, mata a una prima que convive con ellos. Es un hombre bastante gris, que trabaja, que procura sacar adelante la casa. Un hombre de carácter rural, pero viste con ropas más vistosas para ver si confunde al espectador. No ha tenido en su vida ningún problema de este tipo y le viene un poco grande todo lo que le ocurre en la función.
En sus últimos trabajos le hemos visto dirigiendo y actuando. ¿Cómo se lleva eso de dejarse guiar?
Dirigir y actuar forma parte de un paquete, Natalia es actriz también. Yo quiero dirigir y actuar y si la persona que dirige tiene sentido de lo que hace, y en este caso así es, bienvenido sea. Es un punto más de inflexión donde aprender y de estar metido en todo el meollo de lo que es la maravilla del teatro.
Tres grandes actores a los que queremos conocer un poquito más.
A Gloria la conozco por los años que lleva en esto, como yo, y es una gran actriz. Con José Luis compartí hace diez años una “Antígona” en Mérida. El reparto me interesaba, la dirección y la función también. Y trabajar para el Teatro Español. No he trabajado aquí desde la antigua dirección de Gustavo Pérez Puig. A lo mejor desde dentro descubro un poco las pretensiones del Teatro Español, que no las tengo muy claras.
Cuando era joven no tenía, a veces, ni para merendar un triste boniato. Sé que la mejor manera que hay de vencer las crisis, hablo a nivel personal, no a nivel político –que de eso no me fío nada, matizaba- es seguir luchando y si hay que comer un boniato, comerlo, pero saber que al día siguiente podrás comer dos