La truculenta historia de Curro y de Soledad, donde la posesión y el orgullo desembocan en sangre y tragedia, se ha convertido en uno de los más emblemáticos títulos del repertorio lírico español del siglo XIX. En manos del director Graham Vick, esta nueva producción del Teatro de la Zarzuela, que podrá verse a partir del próximo 14 de febrero, acentúa la parte más descarnada y violenta de estos desatinados amores aderezados con la magnífica música de Chapí hasta tomar dimensiones de drama universal.
Estamos en Las Alpujarras. El padre de Soledad aspira a casarla con un hombre rico, pero ella está enamorada de un Curro Vargas que la desea hasta el infinito. Al marcharse en busca de fortuna, él le pide que le espere, pero Soledad, por orgullo, le dará el sí a Mariano. Cuando Curro Vargas regresa, la sangre tiñe esta historia de amor. “Curro Vargas es fuego hecho música. Su partitura cautiva, nos agarra por las entrañas y no nos suelta hasta el final”, nos ha contado Guillermo García Calvo, director musical de esta nueva producción, y continúa, “es una obra cumbre del romanticismo español, broche final al s.XIX y puente a Manuel de Falla y a toda la música en España durante el s.XX hasta hoy”.
Graham Vick vuelve a Madrid
“Al no ser español, su visión de ‘outsider’ nos libera de localismos decorativos y nos presenta crudamente esas emociones universales que no conocen fronteras. Su trabajo de introspección psicológica con los cantantes es fascinante y de una intensidad exhaustiva –¡9 horas de ensayos, 6 días a la semana!–, muchas veces desde un prisma casi freudiano, lo que destaca la inmensa riqueza del libreto”. Así habla el maestro García Calvo del trabajo de su homónimo sobre la escena, Graham Vick. Dicen los críticos que el amor por la ópera de Vick se distancia de las teorías clasistas. Y es que con su compañía, la Birmingham Opera Company, el británico ha acercado todo tipo de producciones al pueblo ‘llano’, convirtiéndose en figura clave en los grandes coliseos mundiales desde los años 80 y en uno de los directores de ópera más importantes de nuestro tiempo. No en vano, sus producciones se han visto en Milán, Nueva York, San Petersburgo, Florencia o Madrid –su “Rigoletto” abría la temporada del Real en 2001–. Atesora, además, un sinfín de premios, entre ellos el Abbiati en Italia –lo ha ganado 5 veces–, Chevalier de L'Ordes des Arts et des Lettres o Commander of the Order of the British Empire.