«Noche de reyes« es una de las más admiradas comedias de Shakespeare y las Naves del Español en Matadero estrena hoy esta mágica versión escrita a cuatro manos por el exitoso tándem formado por Helena Pimenta –que también dirige la propuesta– y Álvaro Tato. La pieza estará en cartel hasta el próximo 6 de marzo.
«Es Shakespeare puro; la razón a merced del impulso insensato en que todos nos reconocemos. La pieza nos invita a vivir como real el sueño de lo que no somos. A conocernos para poder amarnos a nosotros y a los demás, a viajar por la imaginación para volver más sabios a la realidad»
Así define Helena Pimenta esta obra en esta entrevista en la que Álvaro Tato apostillaba:
«Esta farsa festiva, lúcida y lúdica, nos zambulle en un laberinto de juegos de identidades, burlas, confusiones y equívocos para hablarnos de la identidad, de la necesidad de superar la pérdida, de cómo la vida y el amor se abren paso».
Sobre las tablas, Haizea Baiges, Carmen del Valle, José Tomé, Rafa Castejón, Patxi Pérez, Sacha Tomé, Victoria Salvador y David Soto Giganto.
Estamos en Iliria, un lugar un tanto inverosímil donde el tiempo parece haberse detenido. El mar trae a Viola que se ha salvado de la muerte en un terrible naufragio en el que perdió a su hermano gemelo, Sebastián. Sus ojos y su voz mueven el mundo, lo agitan hasta que este puede contemplarse a sí mismo y revivir.
Jugando con la identidad en el límite, como nunca antes había hecho, Shakespeare nos deleita con la circulación de secretos, falsedades conscientes o inconscientes y enigmas por descifrar. La aspiración, el deseo, se hacen realidad por un momento y llegamos a confundirnos, nosotros y los personajes porque cambia el punto de vista sobre el mundo. ¿Qué otra cosa es el teatro más que el viaje por la imaginación que renueva la vida alterando las perspectivas?
Escrita en 1602, Noche de reyes es una de las más admiradas comedias de Shakespeare donde la audiencia es coprotagonista de los acontecimientos. El espectador se ve interrogado ética y psicológicamente y obligado a asumir una cierta responsabilidad moral que el autor le pone y le quita mediante la risa y otros ardides teatrales. El humor llena de libertad las palabras de esta genial comedia y traspasa el escenario para, con mucha risa, hacernos disfrutar, sentir y pensar. Y, tras la risa: «hace mucho que el mundo rueda y llueve todos los días», canta Feste, el bufón, recordándonos el desencanto que lleva aparejado el vivir.
En este poema ilimitado, Shakespeare nos sumerge en el mar y después nos lanza a la arena. Hay que renacer siempre, morir y volver a nacer. En sus comedias, en medio de la risa y de la pena, hay un viaje hacia el peligro, hacia lo desconocido donde habita la identidad que necesitamos conocer. Por mucho que pretendamos negar la naturaleza, esta se rebela y se muestra. El disfraz, el juego, la pasión, la burla, los juegos de palabras, la poesía, acuden en nuestra ayuda y descifran los mecanismos del conocimiento del alma del mundo y de la de cada uno de nosotros.