“El arte puede dar salida y sentido a toda tragedia. Mediante formas adecuadas, la incomunicación puede ser comunicada y vencida. El espectador será sordo como Goya: será Goya. No oirá a quienes él no oye, y oirá lo que él oye dentro de su cráneo: sus propias palabras y su delirio lúcido”. Nadie mejor que el maestro José Carlos Plaza, director valiente y comprometido donde los haya, para poner sobre las tablas «El sueño de la razón«, una de las obras magistrales de Antonio Buero Vallejo. Con ellos y con un elenco de lujo, compuesto por Ana Fernández, María Heredia, Chema León, Carlos Martínez-Abarca, Montse Peidro, Álvaro Pérez, Marco Pernas, Fernando Sansegundo, Jorge Torres y Steve Lance, miraremos a la cara a los monstruos que hoy, como ayer, nos siguen atemorizando. La cita, en el Teatro Español del 9 de junio al 9 de julio.
Hemos charlado con dos de sus protagonistas:
Fernando Sansegundo: Hoy también, como en la época de Goya, como en los años de Buero, el sueño de la razón produce monstruos. Por una parte los monstruos personales, como siempre, esos que nos asaltan, sean por miedo, por inseguridad o responsabilidad, y esos otros, más colectivos, de índole social, que crecen en la misma medida en que no queremos combatirlos.
Ana Fernández: Esta obra nos habla de la necesidad de defender la capacidad creativa, el espíritu de libertad y es un grito contra la intolerancia. Además, y específicamente el personaje de Leocadia que me toca interpretar, nos presenta a una mujer que debe defender su capacidad de decidir sobre su propia vida y sobre la de su familia, que incluye a Goya y a sus propios hijos.
Sobre un sillón un hombre apoya sus brazos encima de un cubo en el que se puede leer “El sueño de la razón produce monstruos”. Sobrevuelan la escena búhos y murciélagos que no parecen presagiar nada bueno. Sigue habiendo, claro, monstruos en este 2023.
“El olvido voluntario de la justicia social. La ceguera ante la desgracia ajena, la vida acomodaticia encerrados en nuestra propia mediocridad…”, afirma José Carlos Plaza, director del montaje que pone en escena la magistral obra de Buero Vallejo inspirada en este ‘caprichoso’ grabado goyesco.
Y continúa:
“La irracionalidad del poder totalitario en nuestros días, económico y demagogo, solo produce daño. La razón no debe morir. La razón es la inteligencia, la capacidad de pensar y decidir”.
Una obra actual
Diciembre de 1823. Acaba de comenzar la segunda restauración absolutista de Fernando VII, la Década Ominosa, abominable. En medio de un ambiente represivo y oscuro, las paredes de la Quinta del Sordo albergan no solo “Las Pinturas Negras”, de Francisco de Goya, sino también a su autor, un hombre viejo y pesimista, completamente sordo, acosado por sus miedos, obsesiones, fantasías grotescas y contradicciones vitales y en el punto de mira de un rey que persigue a los liberales como él.
El montaje, afirma Plaza, “es la exposición viva de la opresión del fuerte sobre el débil” y sus personajes, interpretados por Ana Fernández, Fernando Sansegundo, María Heredia, Chema León, Carlos Martínez-Abarca, Montse Peidro, Álvaro Pérez, Marco Pernas, Jorge Torres y Steve Lance, “giran alrededor de ese centro gravitatorio que es Goya y su antagonista, un poder en manos de la estupidez de, en este caso, un rey podrido. Su mujer, sus amigos, sus familiares, sus criados, con sus intereses y vidas que están en juego por esa acción violenta del poder”.
Decía Buero que creía que con esta obra “el espectador podrá comprender así más hondamente que, cuando la razón se duerme en un país, sus mejores hombres sueñan esperanzas sin dejar de razonar”.
Hoy, tanto él como Goya, aún tienen cosas que contarnos: “Ambos hablan de lo mismo: la cultura, el conocimiento; están, deben de estar, luchando contra la represión, por muy sutil que esta sea, aunque esté disfrazada de palabras tan manipuladas como ‘la libertad’. El hombre debe saber para poder discernir”, finaliza el director.
