El maestro José Luis Gómez regresa a la dirección de escena con «Vuelan palomas«, este ‘Arte de sermones para tiempos inciertos’, una coproducción de La Abadía y la CNTC, la segunda tras “Celestina”. Un homenaje a la palabra y al poder de la misma como arma de condena y liberación, un homenaje también a su poder plástico, a su capacidad ilimitada de sugerir mundos e imágenes, cuya dramaturgia firma junto a Javier Huerta Calvo.
Sobre el escenario, de dos teatros durante este mes, Clemente García, Roberto Mori, Lidia Otón, Marcos Toro y Alberto Granados. Ya ven, en la época de la imagen, de las redes, del ruido, aún hay ‘Quijotes’ dispuestos a llenar teatros con la palabra. La cita doble, en el Teatro de la Comedia del 12 al 22 de octubre y en La Abadía, del 26 de octubre al 12 de noviembre.
Pregoneros de Dios, lenguas de perro, comediantes a lo divino. Así se conocía a los predicadores en los siglos de oro de nuestras letras. Erigidos en portavoces de la Iglesia católica, combatieron sin descanso, y a veces hasta con saña, al otro, al diferente. Pero el sermón sirvió también para la sátira social, la denuncia moral y la crítica política.
Una pieza para hoy
“Vuelan palomas” pone ante los espectadores de hoy un ‘Arte de sermones para tiempos inciertos’. Y es que aquellos monólogos sin réplica posible no son solo de aquella época de luces y sombras, también de ahora. Tiempos inciertos aquellos… y también estos.
“Los predicadores ahora más que en la Iglesia están fuera, en los foros, en el Parlamento, en la televisión hay mucho predicador (risas), predicadores a veces de la nada”, nos cuenta divertido Javier Huerta Calvo, catedrático de Literatura en la Universidad Complutense, que firma a cuatro manos con José Luis Gómez la dramaturgia de esta pieza con la que el maestro vuelve a La Adabía como director.
“Este proyecto fundador es muy especial porque es uno de los textos que he escrito en colaboración con el catedrático Javier Huerta Calvo y eso me da especial placer. Además, estoy acompañado por mis compañeros, que han sido alumnos y ya son actores muy completos”, afirma Gómez.
Se refiere a Lidia Otón, Roberto Mori, Clemente García y Marcos Toro que, junto al actor y músico Alberto Granados, ponen en pie este homenaje a la palabra y al poder de la misma como arma de condena y liberación.
“La pieza que está articulada sobre sermones de los Siglos de Oro en un arco temporal que va desde el siglo XV al siglo XVII. Alguien puede esperarse sermones de un contenido estrictamente religioso, teológico, pero es una miscelánea de temas muy variados, la intolerancia; la persecución de la que los judíos fueron objeto; la política, atacan a los políticos, a los ministros y se atreven, a veces, a dirigir sus dardos contra el propio rey, o referencias al metateatro. Se recomendaba que los predicadores fueran a los corrales de comedias para ver actuar a los actores y aprender de ellos”, resume Javier.
Y en medio de todos, las mujeres y recorriendo el espectáculo sus voces, también las de ellos, como la de San Vicente Ferrer o Fray Luis de Granada, pero, sobre todo, las de ellas, silenciadas, pero más poderosas, Teresa de Cartagena, María de Cazalla, Sor Juana Inés de la Cruz, Sor María de Santo Domingo…
“El espectador se va a encontrar con una historia apasionante que tiene que ver fundamentalmente con nuestro país, con nuestra lengua y con nuestra evolución histórica”, finaliza Gómez.
Un maestro: José Luis Gómez
Actor, director teatral, miembro de la Real Academia Española, doctor honoris causa por la Universidad Complutense, exdirector del CDN y el Teatro Español, director fundador de La Abadía, Premio Nacional de Teatro, Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes, Cruz de Caballero de la Orden de las Artes y las Letras de Francia, Cruz de Caballero de la Orden del Mérito de la República Federal Alemana… y por méritos propios uno de los grandes de nuestro teatro.