Juan Carlos Pérez de la Fuente estrena «Numancia»

Convertirse en esclavos de Roma o morir en libertad. Los numantinos, entre la espada de Escipión y la pared de su propia ciudad, se ven obligados a tomar esta terrible decisión. Ahora, en el 400 aniversario de la muerte de Cervantes, Juan Carlos Pérez de la Fuente pone en escena “El cerco de Numancia” convertido en “Numancia” por obra y gracia de la pluma de Luis Alberto de Cuenca y Alicia Mariño. Doce actores se enfrentan a la gesta de dar vida (y muerte) a más de una treintena de personajes.

AÑO 133 A. C. Tras veinte años repeliendo los continuos ataques romanos y trece meses de hambruna y enfermedades, los numantinos ponen fin a su situación: deciden suicidarse antes que rendirse a los soldados de Escipión.

Más de mil setecientos años después don Miguel de Cervantes, del que celebramos el cuarto centenario de su muerte, los inmortaliza en una tragedia cargada de dobleces y nada heroica que al parecer no tuvo mucho éxito en su tiempo y tampoco ha sido muy representada. “La obra es muy complicada y el verso es atormentado”, ha afirmado en alguna ocasión Luis Alberto de Cuenca, autor de esta versión junto a Alicia Mariño.

Removiendo conciencias

“Los contaminados por Cervantes no nos resignamos a la injusticia”. A esta frase de Juan Goytisolo Juan Carlos Pérez de la Fuente, director del montaje, ha añadido: “El Teatro Español tampoco. “El cerco de Numancia” llega a nosotros para denunciar las injusticias de ahora mismo”. No en vano, “Cervantes nos muestra la tragedia colectiva de un pueblo que decide su propio destino”, afirma Beatriz Argüello, mientras que Chema Ruiz continúa: “No hay piedad, ni catarsis, ni guerra, es simplemente tortura, no hay dioses ni héroes, sólo personas corrientes víctimas inocentes. Su vigencia se revela en cuanto que el hombre es el centro y causa de las mayores aberraciones, de las barreras físicas impuestas entre culturas o países, del fracaso de la diplomacia, del ‘todo vale’”.

Los actores forman parte del elenco de doce –que completan Alberto Velasco, Raúl Sanz, Carlos Lorenzo, Alberto Jiménez, Marcos Marín, Maru Valdivielso, Julia Piera, Críspulo Cabezas, Mélida Molina y Myriam Gallego– que dan vida a una treintena de personajes en esta propuesta que según Argüello “va a remover conciencias y estados anímicos; conseguirá que nada de lo que ocurre en el escenario sea ajeno a realidades que desgraciadamente vemos a lo largo de nuestros días”. Por su parte, Ruiz finaliza: “Es un trabajo muy coral, dinámico, buscando siempre el golpe directo, la claridad del texto unida siempre a la actitud y conflicto del personaje (que no suelen ir en la misma dirección), todo dentro de un espacio amenazador, casi grandilo-cuente, sin perder de vista la ironía y el humor, la imaginería, el ritual… La mejor definición es la de auto sacramental laico”.

 

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