La cuarta promoción de la Joven CNTC se desdobla esta temporada en dos elencos. Uno se ha puesto a las órdenes de Roberto Cerdá en “La villana de Getafe” y el otro debutaba en julio en el Festival de Almagro con este “Pedro de Urdemalas” que nunca fue representado en vida de su autor, Cervantes, y hoy pocos directores se atreven con ella. Lo ha hecho ese loco Quijote de Dublín que es Denis Rafter y el resultado es un montaje lleno de acción, energía, juego, comedia y alegría. De momento podremos disfrutar de este paseo festivo del 6 al 18 de diciembre en el Teatro de la Comedia, pero las funciones regresan en enero.
DICE DENIS RAFTER que cuando Helena Pimenta le encargó la dirección de “Pedro de Urdemalas” se sintió veinte años más joven, que cuando leyó la versión de Jerónimo López Mozo perdió otros treinta y que se quedó en un chaval de 18 al rodearse de los once actores de la Joven CNTC.
Un desfile muy festivo
Labradores, pastores, zagalas, sacristanes, gitanos, alguna viuda devota y rica, ciegos que ven, alcaldes corruptos, reyes mujeriegos, alguaciles y escribanos… Director y actores han entrado al mundo de Cervantes con ganas y sin miedo para guiarnos a través de la España de principios del siglo XVII. Porque eso es esta comedia, “una observación microscópica sobre el comportamiento del ser humano en sus momentos de amor, lujuria, ambición, amistad, celos… es decir, nuestras virtudes y nuestros vicios”, nos cuenta Rafter, y añade: “Cervantes demuestra un gran cariño y respeto hacia el pueblo común y admira su capacidad para sobrevivir en un entorno injusto, desigual y falso. Cervantes hizo con la palabra lo que Velázquez con su pintura, es un testigo indiscutible de su época”.
Y el padre de El Quijote quiso que Pedro de Urdemalas fuese “farsante, convirtiendo así su obra en uno de los mayores homena-jes que un autor dramático haya dedicado al mundo de la farándula”, explica el autor de la versión. Así, sus historias entrelazadas terminan siendo una auténtica antología de magníficos entremeses. Algo que, siendo fiel al autor, Rafter ha potenciado manteniendo a todos los actores presentes en el escenario durante toda la obra. Juego, confianza y complicidad con el público.
Jimmy Castro, Daniel Alonso de Santos, David Castillo, Cristina Arias, Carolina Herrera, Aleix Melé, Kev de la Rosa, David Soto, Silvana Navas, Natalia Huarte y Sara Sánchez nos demuestran así, no sólo que en cuatrocientos años poco hemos cambiado y que perduran los mismos vicios, debilidades, virtudes, preocupaciones y ambiciones, sino que, como afirma el director, tenemos una cantera de actores “inteligentes, ágiles y llenos de amor e ilusión hacia su vocación” y finaliza: “No tenían perjuicios, sólo ganas de expresarse con la palabra, el movimiento y la interpretación. Ha sido un viaje de mutuo cariño, respeto y confianza”.
La crítica ha dicho…
“La visión de Rafter sobre el clásico de Cervantes compone un montaje muy divertido y movido que impide que el espectador se pueda aburrir en ningún momento”, Diariocrítico.
“La ‘Joven’ se va de fiesta con Miguel de Cervantes (…) Una fiesta escénica fue lo que montaron en el Corral de Comedias Denis Rafter y los integrantes de la Joven Compañía Nacional de Teatro Clásico. Su Pedro de Urdemalas es un intenso juego dramatúrgico y actoral con el que hacen bailar al texto cervantino sobre una original puesta en escena”, Lanza Digital.