La opereta de Isaac Albéniz «The magic opal» vuelve al Teatro de la Zarzuela 128 años después de su estreno español en este mismo escenario

La opereta de Isaac Albéniz «The magic opal» vuelve al Teatro de la Zarzuela 128 años después de su estreno español en este mismo escenario. Estrenada en Londres en 1893 y un año después en España, del 1 al 10 de abril se ofrecen 8 funciones con un innovador montaje escénico de Paco Azorín con dirección musical de Guillermo García Calvo, director musical del coliseo.

La historia, desarrollada en clave de comedia de enredos gira en torno a la búsqueda del amor y a la irresistible cualidad de un ópalo mágico cuyo poder estriba en que todo aquel que lo toca cae perdidamente enamorado de quien lo posee.

Los papeles protagonistas, inmersos en un inagotable devenir de disparatados enredos, en muchos casos especialmente divertidos, estarán interpretados por Ruth Iniesta y Carmen Romeu, que se turnarán en el papel de la joven soñadora Lolika; los tenores Santiago Ballerini y Leonardo Sánchez, que harán las veces de Alzaga, su intrépido aliado en la búsqueda del amor verdadero; los barítonos Luis Cansino y Rodrigo Esteves, que encarnarán al banquero Carambollas, símbolo del dinero y el poder como una de las más dañinas y perversas cargas en el día a día de los Ciudadanos.

«Rey es el amor, pero el dinero es el emperador», se dice en la aparición en escena de este personaje y de su complementario, Aristippus el tesorero, interpretado por el bajo Jeroboám Tejera. Los barítonos Damián del Castillo y César San Martín asumirán el rol de Trabucos, quien a toda costa tratará de alcanzar sus fines siempre ayudado por los Bandidos o por el ópalo mágico que le hará invencible mientras esté en su poder. Y también entrarán en el juego y los enredos las mezzosopranos Carmen Artaza y Mar campo como Martina, la también mezzo Helena Ressurreição, que será Olympia, la soprano Alba Chantar (Zoe), el tenor Gerardo López (Pekito) o el barítono Tomeu Bibiloni (Curro). Y como maestro de ceremonias de todo el embrollo, Eros XXI interpretado por el actor Fernando Albizu.

La escenografía está firmada por el propio Paco Azorín, quien rubrica también la adaptación del libreto de Arthur Law junto a Carlos Martos de la Vega, responsable a su vez del movimiento escénico. El vestuario es de Juan Sebastián Domínguez, la iluminación de Pedro Yagüe y el diseño de audiovisuales de Pedro Chamizo. Para la ocasión se ha encargado una nueva traducción del libreto, de la que son autores Javier L. Ibarz y Pachi Turmo. 

Público del siglo XXI

Todos ellos bullirán, se alterarán, se divertirán y soportarán lo indecible imbuidos por la innovadora escenografía del propio Paco Azorín en la que las proyecciones, el vídeo, la tecnología y la iluminación crearán un nuevo universo: el del juego del ópalo mágico. Un entretenimiento voraz en el que también será indispensable el alegórico vestuario de Juan Sebastián Domínguez, la siempre cómplice y sutil iluminación de Pedro Yagüe, el mágico diseño de audiovisuales de Pedro Chamizo o los laboriosos y fluidos movimientos escénicos trazados por Carlos Martos de la Vega, q 

Influencias y conquistas de Albéniz

Guillermo García Calvo llama la atención sobre la circunstancia de que “aunque a veces creemos conocer a nuestros compositores, en realidad en muchas ocasiones solo sabemos de una parte muy pequeña de su creación; y este es el caso de Albéniz”.

Así lo desvela el director de orquesta, quien en referencia directa a la partitura de ‘The Magic Opal’ nos habla de otra faceta completamente nueva del compositor de Camprodón:

“La música recoge sabiamente diversas influencias de las corrientes europeas de finales del siglo XIX, dejándose inspirar pero nunca copiando”.

Así, escuchamos melodías que anticipan el impresionismo francés —se puede pensar en Lalo, Chausson y Fauré—, ritmos y colores orquestales cercanos a la ópera italiana del momento —tanto al verismo de Puccini como al neoclasicismo del ‘Falstaff’ de Verdi— y también a la opereta francesa —como en ‘La fille du régiment’ de Donizzeti o las opereta de Offenbach—.

“Y por supuesto, también escuchamos atmósferas de opereta y sinfonismo ingleses, y muy de vez en cuando, como un sello de identidad, giros melódicos españoles, la cadencia andaluza o melodías en modo frigio”. A García Calvo no le cabe duda de que “en conjunto se trata de una bellísima obra, exquisitamente instrumentada, que sirve de soporte perfecto al ambiente mágico de una historia de ingenio y humor shakesperianos”.

Desde la perspectiva actual, nos encontramos con una música para saborear en la que podemos apreciar la habilidad de Albéniz al margen de todos los condicionantes de la época en la que se estrenó. Esta nueva producción de ‘The Magic Opal’, pensada para los espectadores del siglo XXI, nos brinda el privilegio no solo de escuchar la obra, sino también de verla en escena casi 130 años después de aquella última versión teatral y en este mismo escenario del Teatro de la Zarzuela donde sucedió. Somos pues afortunados de que el ópalo vuelva  enamorarnos.                                         

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