La Zarzuela pone el broche a su temporada lírica con la divertida «El rey que rabió»

Antes del estreno en julio de “La bella Otero” a cargo del Ballet Nacional de España, el Teatro de la Zarzuela pone el broche a su temporada lírica con “El rey que rabió”, título imprescindible de nuestro género con letra de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza –un exitoso tándem en la comedia teatral– y música de Ruperto Chapí. Bárbara Lluch dirige esta sátira política que, aunque ambientada en un país imaginario, habla de la situación de la España de la época y el mal gobierno de sus mandatarios. Del 3 al 20 de junio.

“Pocos Monarcas, ni los más populares de la Historia, ni los más queridos de sus pueblos, habrán sido más aclamados, más aplaudidos, más vitoreados que el rey que nos presentaron anoche en la Zarzuela Ramos Carrión, Vital Aza y el maestro Chapí. El rey que rabió está asegurado por mucho tiempo en su trono de la Zarzuela. No hay peligro de que sea destronado”.

Esta crítica del Heraldo de Madrid, publicada el día después del estreno el 20 de abril de 1891, avanza lo que luego sería un hecho: que “El rey que rabió” es un título muy querido por el público.

“Es una de las partituras más importantes del repertorio lírico español. Siempre es interesante analizar por qué una obra no sale nunca de cartelera y yo creo que en este caso es porque es un texto maravilloso, divertido, además de que tiene una música de lo más inspirada del maestro Ruperto Chapí”, nos cuenta Iván López Reynoso, joven director musical de esta producción.

Y añade:

“Tiene la facultad de que podemos ubicarla temporalmente en el pasado, en el presente, en el futuro o en ninguna parte. El libreto es maravilloso, es un texto con mucho humor, con guiños a la cuestión sociopolítica, con mucha crítica a la libertad o no libertad que puede tener una persona de ejercer su voluntad o tomar sus decisiones”.

Una pieza divertida y muy vigente

El joven monarca de un país imaginario –que alude a la España de la época– anuncia el propósito de emprender un viaje de incógnito, disfrazado de pastor, por su reino. Aunque el gabinete de gobierno se opone drásticamente a semejante ocurrencia por miedo a que se descubra el verdadero estado de carestía y descontento de la región, el rey se sale con la suya. En su periplo, entre otras muchas ‘aventuras’, se enamorará de una campesina que le corresponde sin conocer su linaje, se dejará reclutar como soldado, desertará e, incluso, será mordido por un perro…

“Chapí encuentra el punto de balance ideal entre el lirismo y la expresividad, pero también la parte de mucho humor y de mucha ligereza, tiene guiños incluso a Rossini y al bel canto. Es una partitura muy compleja, en muchas ocasiones los cantantes tienen que decir muchísimo texto mientras cantan. La música está al servicio de la acción dramática, dibuja muy bien el carácter y los estados de ánimo y las escenas que se están desarrollando. De ahí que sea una de las partituras más exitosas y tan querida”, afirma López Reynoso.

Y en escena, como adelanta el maestro, un elenco de altura: Enrique Ferrer / Jorge Rodríguez-Norton, Rosa Rocío Ignacio / Sofía Esparza, María José Suárez, Rubén Amoretti / Miguel Sola, José Manuel Zapata, Carlos Cosías, Igor Peral, José Julián Frontal, Sandro Cordero, Pep Molina, Ruth González Mesa, Alberto Frías y Antonio Buendía.

Está claro, este Rey llegó para quedarse con nosotros, de generación en generación, desde hace 130 años.

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