Un día en Nueva York, Luis Buñuel y Jean-Claude Carrière apostaron a ver cuál de los dos sabía más sinónimos de la palabra ‘polla’. De aquel juego ‘salió’ este glosario de palabras gruesas no apto para mojigatos. En escena, de la mano de Ricard Borràs y Elena Barbero, descubrimos la curiosa relación entre un viejo filólogo y una joven dobladora de películas porno… En los Teatros del Canal del 2 al 27 de noviembre.
En escena, descubrimos la curiosa relación entre un viejo filólogo y una joven dobladora de películas porno asqueada por la pobreza y vulgaridad del lenguaje que se ve obligada a usar. Partiendo de esta premisa, Carrière consigue arrancar las risas del público, a la vez que transforma las palabras vulgares en sublimes.
¿Queréis sumaros a la orgía de esas palabras prohibidas, pero que se dicen con ganas? Un texto divertido y sabio sobre el tema más universal. Una cuestión de la que depende nuestro futuro como especie, pero también nuestra fantasía y nuestra libertad.