Llega al Teatro Lara la premiada «Los Remedios», de Fernando Delgado-Hierro y Pablo Chaves

Dos amigos de la infancia se juntan para tratar de entenderse a base de representarse…. Tras su estreno en el Centro Dramático Nacional, llega al Teatro Lara «Los Remedios«, pieza ganadora del Max 2021 a la Mejor Autoría Revelación a Fernando Delgado-Hierro. Bajo la dirección de Juan Ceacero, él y Pablo Chaves firman la creación e interpretación de esta maravillosa autoficción. Del 12 de diciembre al 9 de enero.

Fernando: Es la historia de dos amigos que se juntan para buscar en sus raíces y para acompañarse en esa búsqueda. Buscamos en nuestro propio cuerpo y en el cuerpo del amigo que estuvo ahí todas las cosas que se nos han quedado de ese barrio en el que crecimos y de esa familia que tuvimos. Lo que amamos de lo que nos hizo ser nosotros y lo que sentimos como ajeno, de lo que huimos y que de, repente, hay que perdonar y redescubrir. Es un ejercicio de reconciliación, de búsqueda, de desenterrar un poco las raíces también.

Pablo: Es una autoficción destructiva o exorcizante… Una especie de vuelta al pasado para entenderse a uno mismo y para entender un poco algo del presente. Siempre desde el humor.

Así definían sus protagonistas esta obra en la entrevista que les hicimos con motivo del estreno del montaje el pasado mes de marzo.

Los Remedios es un barrio de Sevilla construido en los años 50. En Los Remedios, dos amigos de la infancia se juntan para tratar de entenderse a base de representarse: a ellos mismos, a las personas que marcaron su desarrollo, al contexto social que forjó su identidad. Los Remedios es un viaje a lo que queda en el propio cuerpo: los gestos, los tonos, las posturas.

Es una autoficción autodestructiva hecha por dos personas desarraigadas que remueven la tierra buscando algo a lo que agarrarse. Es una genealogía teatral, que indaga en la necesidad de la representación y en su capacidad transformadora. Es una pieza sobre la amistad como respuesta frente al desconcierto.

Sobre el espectáculo

La autoficción es tarea de funambulistas. Si la imaginación y la creatividad son inmanentes a la creación, nuestra labor ha consistido en mezclar la experiencia personal con la imaginación y la reescritura. Y tal vez el cóctel resultante -el uso de la deformación, la exageración, la máscara- pueda devolvernos una ‘verdad’ más profunda acerca de nosotros mismos.

Los Remedios nace del deseo de reencontrarse: con uno mismo, con el otro, con el lugar de donde venimos, con las personas que marcaron nuestro desarrollo, nos ayudaron a forjar nuestra identi- dad.

Encontrarnos con nosotros mismos a través de la memoria del propio cuerpo: sus gestos, sus to- nos, sus posturas, como si de una raíz se tratara. Encontrarnos con el amigo de la infancia, con el que comenzamos las primeras exploraciones teatrales. Encontrarnos en una sala de ensayos para indagar en la necesidad de la representación y su capacidad transformadora. Y al final nos encontramos con que Los Remedios es una pieza sobre la amistad como respuesta al desconcierto que produce la vida; y a su vez es una pieza que reflexiona, a su manera, sobre la raíz de la necesidad de actuar, del nacimiento del actor, de la posibilidad del teatro.

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