El asesinato de dos jóvenes en Irán, colgados de una grúa en la plaza pública, es el fondo del relato de esta obra de José Manuel Lucía Megías. Su delito: ser homosexuales. Una denuncia del silencio de Occidente frente a estos hechos luctuosos que dirige Carlos Jiménez y ponen en escena Elisa Marinas, Víctor Manuel Coso y Daniel Migueláñez. Del 16 al 19 de abril en el Teatro Fernán Gómez.
El 19 de julio de 2005, dos jóvenes de apenas 17 años son colgados de una grúa en la ciudad iraní de Mashad. Su delito: ser homosexuales. Este hecho luctuoso hubiera pasado desapercibido – como muchos similares que vienen ocurriendo en determinados países en los que la homosexualidad se paga con la pena de muerte de no haber ocupado la fotografía del ahorcamiento las primeras de muchos periódicos occidentales.
Esta circunstancia dio lugar a que José Manuel Lucía Megías escribiera un poemario bajo el título Y se llamaban Mahmud y Ajaz, en un intento de mantener la voz de la denuncia: para que estos hechos sucedan, es necesario nuestro silencio. Un paso más para mantener viva la voz de la denuncia ha sido encarnizar a estos personajes en un montaje teatral que sea altavoz de esa reivindicación: que el silencio de occidente no cubra las ignominias que están padeciendo seres humanos por el mero hecho de mostrar sus sentimientos.