Dicen de ellos que son la compañía de flamenco contemporáneo con los tacones más rápidos del mundo y no es para menos. Unidos por el arte y la sangre, Los Vivancos estrenan el próximo día 12 en el Teatro de la Luz Philips Gran Vía «Nacidos para bailar», una tercera gran producción propia llena de danza, humor, artes marciales, virtusismo musical, equilibrismo y los éxitos atemporales de leyendas musicales como Metallica, Deep Purple y Leonard Cohen.
MÁS ES MÁS. Es el lema de esta premiada compañía cuyo objetivo es hacerlo todo por el espectáculo. “Nacidos para bailar” da título a su nuevo show multidisciplinar, una bella utopía escénico-musical que supone la clausura de una etapa en la vida y carrera de estos siete artistas, un concierto capaz de combinar flamenco, metal y una orquesta sinfónica en directo para dar rienda suelta a la libertad y a la irremediable locura de los hermanos Vivancos. “Esta obra presenta la espectacularidad como un fin en sí misma. Hemos añadido adaptaciones a nuestro estilo sinfónico de algunas de las grandes canciones de leyendas del rock como Metallica o Deep Purple y, también, algunos momentos en los que convertimos la danza en equilibrismo… ¡porque bailar en el suelo no es suficiente! Para nosotros, los momentos más vibrantes del show se dan siempre que bailamos los siete juntos. El hecho de que seamos hermanos produce una energía en el escenario que supera todo lo demás”, afirman los artistas.
Arropados por un gran equipo artístico y técnico, como el compositor cinematográfico Joan Martrel –que ha colaborado en bandas sonoras como “Mi gran noche” o “Terminator Genesis”–, la prestigiosa Orquesta Sinfónica de Budapest en directo o el vestuario del atrevido sello de Leather Designs –artesano creador de complementos en cuero de artistas como Madonna o Beyoncé–, los siete hermanos ponen el broche de oro a nueve años de gira ininterrumpida ante los ojos de 2.000.000 de espectadores en 35 países y 200 ciudades diferentes. Toda una oportunidad para disfrutar de un concierto que busca traspasar las fronteras de lo físicamente posible.