Dinorah murió ayer en su casa de Madrid. Los “suyos” se han reunido para cumplir con el Avelut: el duelo judío en el que los familiares más cercanos se apartan del mundo durante siete días. Siete días en los que han de convivir para, juntos, procesar el duelo.
Reina, la hija mayor, es quien convoca este encuentro. A él acuden su hijo Pablo y su pareja Marina, que vienen desde Londres; su hermana Esther, con sus hijos y contra su voluntad; Tamar, una prima prácticamente desconocida… Por unos días, todos abandonan su vertiginosa realidad, vacía de rituales, para sumergirse en el encierro colectivo.
¿Qué tienen en común estas personas unidas por un relato pasado, ahora deslavazado? Lo que con toda seguridad comparten es el miedo a lo que vendrá: tener o no tener hijos, romper con los nuestros para avanzar, ser capaz de ilusionarse con el porvenir a pesar de los malos pronósticos.