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Publicado el 27 de Abril de 2017 a las 15:51 horas

Miguel del Arco estrena "Refugio" en el Teatro María Guerrero


Refugio. Del lat. refugium. Asilo, acogida o amparo. Lugar adecuado para refugiarse. Hermandad dedicada al servicio y socorro de los pobres. Palabras, sólo palabras... Dice Miguel del Arco que por primera vez su ‘yo autor’ ha conseguido amordazar a su ‘yo director’. Y lo ha logrado con una obra muy valiente y compleja, pero a la vez poética y de gran belleza, que reflexiona sobre el uso de la palabra y sobre la familia, que cuestiona nuestra sociedad y que nos enfrenta a nuestra propia incapacidad de ver a los demás. Una producción del Centro Dramático Nacional que pone en escena un elenco de auténtico lujo: Beatriz Argüello, Carmen Arévalo, Israel Elejalde, María Morales, Raúl Prieto, Macarena Sanz y Hugo de la Vega. A partir de mañana en el Teatro María Guerrero.

“QUIERO OLVIDAR TODAS las palabras para que los pensamientos no puedan tener forma. Para que todo sea ruido”.

Un político cuyo discurso hace tiempo que retorció las ideas para defender el poder; una cantante de ópera que perdió la voz y con ella su medio de expresión más íntimo; una mujer que defendió la libertad en el pasado y ahora no encuentra verbos para conjugar el futuro; una joven airada porque cree que intentan acallar su voz y un chaval que pretende confinarse entre las expresiones start game y game over.

Y en medio de todos ellos, subyacente, Farid, “un refugiado en nuestro país que no entiende el idioma y no hace el más mínimo esfuerzo en aprenderlo pues lo que quisiera es olvidar el suyo propio para que sus pensamientos no puedan tener forma”, explica el autor y director Miguel del Arco.

Cuando se pierde la voz...

“Las palabras pueden ser modificadas, tergiversadas, interpretadas, manipuladas, desdecidas, ajustadas”.

Como en “Teorema” de Pasolini, la presencia de un extraño en el día a día de una familia desestabiliza la vida de sus miembros. “‘Teorema’ fue una referencia de partida que en el desarrollo de la escritura se fue difuminando dejando un rastro de desagrado, de infelicidad, de imposiblidad de construir con las palabras”, afirma del Arco y continúa: “Voy encontrando pequeños nexos de unión entre mis trabajos. “Refugio” creo que surge de una frase de “Misántropo”: “El anhelo del corazón está siempre dispuesto a inventar mil ficciones que lo arropen”. “Refugio” va de las palabras, de la pérdida de la voz, de la existencia como una construcción verbal”.

Beatriz Argüello, Carmen Arévalo, Israel Elejalde, María Morales, Raúl Prieto, Macarena Sanz y Hugo de la Vega ponen voz, cuerpo, palabras y silencios a este texto en el que veremos, intuiremos, a un Miguel del Arco un tanto diferente: “Por primera vez mi yo autor ha conseguido amordazar a mi yo director, lo que no es tarea fácil. He escrito escenas que como director no tenía ni idea de cómo iba a solucionar. He complicado la vida al director, pero el autor se ha sentido más libre”.

“No puedes rendirte ahora (...) No quedará nadie para nombrarnos, Farid. Nadie dirá mi nombre, nadie dirá el nombre de tu hijo”. “Silencio. Ese es el refugio que busco”.

 


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