Valentina es una mujer valiente y resuelta que aterriza en un desconcertante Limbo, poniendo a prueba sus creencias con mucho humor, mucha filosofía, y alguna que otra sideral sorpresa.
Es una comedia que se ríe de nuestras suposiciones sobre el más allá (y el más acá); un homenaje a nuestra candidez y defensa del librepensamiento. Una reflexión sobre lo efímero de nuestra presencia en el universo.
Un divertimento que desafía con ironía el inevitable destino que a todos nos espera, y nos recuerda que siempre será mejor disfrutar el misterioso regalo de la vida con una sonrisa.
Esta comedia está inspirada en la sesuda obra, Prolegómenos a toda metafísica del porvenir, del filósofo Immanuel Kant. Kant afirma que toda verdad depende de cómo la percibe cada persona, y por tanto, todas nuestras congojas trascendentales -si tenemos alma, si hay Dios, o cómo entendemos la espiritualidad-, son un acto de fe que nada tiene que ver con la verdad, pues es cada cual quien da sentido a su existencia por medio de sus convicciones subjetivas… Vamos, ¡que no tenemos ni idea de cómo es la realidad por mucho que elucubremos!
La filosofía kantiana se conoce como «idealismo trascendental», y nuestra heroína, Valentina, tiene mucho de ambas cualidades.