Comienza la segunda semana del estado de alarma que nos tiene confinados en casa, pero no vamos a perder el ánimo. Vamos con una del llamado Teatro del Absurdo. En la Teatroteca puedes ver online «La cantante calva» de Eugène Ionesco. Un montaje producido por Pentación Espectáculos, Teatro Español y Lazaro que se estrenó en mayo de 2017 sobre las tablas del Español y regresó al Teatro La Latina en mayo de 2018.
A las órdenes de Luis Luque, Adriana Ozores, Fernando Tejero, Joaquín Climent, Carmen Ruiz, Javier Pereira y Helena Lanza protagonizaban esta gran comedia que es en sí misma una gran tragedia. O así la calificó su autor, Eugène Ionesco, todavía perplejo por escuchar las risas del público de París en la noche del estreno.
«Yo diría que es una pirueta que hace Ionesco para ver quiénes somos, qué somos, para hacerse las preguntas más importantes que se hace el hombre, pero es una pirueta».
Así definía Adriana Ozores esta obra en la entrevista que le hicimos con motivo del estreno, a lo que Carmen Ruiz añadía:
«Es un fiel reflejo de la sociedad moderna y muestra el absurdo de nuestro comportamiento cotidiano, de nuestro día a día».
Para Javier Pereira
««La cantante calva» simboliza muchas cosas, puede tener muchas interpretaciones. Cada actor hace su sustitución para que le toque más profundamente dentro de unos parámetros comunes que si están hablados entre todos. Creo que para cada espectador también simbolizara algo diferente»
Mientras que para Helena Lanza
«Nos está hablando del orden que tenemos en nuestro día a día, del miedo al no salir de nuestra rutina, de hacer cinco comedias al día, de ir al gimnasio, la semana tiene siete días, por qué la semana no tiene nueve días… Yo creo que también habla de cosas que nacemos, las aprendemos y no nos cuestionamos por qué, por qué el día tiene 24 horas, por qué la semana tiene siete días, ese tipo de cuestiones que las damos por hechas y él las está cuestionando. También cuestiona muchísimo el lenguaje, el fracaso del lenguaje, por qué el techo se llama techo y el suelo se llama suelo, a lo mejor el techo podría llamarse pffff y el suelo rrrrrrr. Así es como termina la obra de hecho».
Fernando Tejero nos contaba cuál podría ser alguno de los momentos más divertidos:
«Cualquier momento de la función es muy disparatado. Desde que hay una pareja que son matrimonio y no se conocen entre ellos y viven juntos hasta que venga un bombero a apaga fuego a una casa y exige que aunque sea una llama de una cerilla, pero que él tiene que apagar fuego. Que una señora diga que viva en los suburbios de Londres que diga que ha cenado patatas con tocino proque su apellido es Smith. Es que es toda la función, desde el principio hasta el final. Toda la función es un absurdo».
Y Joaquín Climent nos daba, y nos da, algunas razones para no perdernos esta obra:
«Porque es un texto que por mucho que la gente tenga noticia de él, es un clásico, pero es un clásico que no se revisa tan a menudo. Es una oportunidad de volver a ver algo que tiene un significado y una importancia tan grande dentro de nuestro teatro. De nosotros yo no voy a hablar, ya vendrán a verlo y lo dirán, pero empezando por el propio Ionesco y sobre todo en el momento en el que estamos… Por eso es un clásico, por eso no va a pasar nunca, va a estar siempre el dedo en la llaga puesto… Y se van a partir de risa (risas)».