Con la idea de crear un un teatro vital, actual, comprometido y conectado con la realidad como bandera, la compañía vasca Kulunka Teatro comienza su andadura en octubre de 2010 y lo hace con “André y Dorine”, una montaña rusa de risas y llantos que, sin una sola palabra y con el poder de la máscara, camina entre el drama y la comedia, entre la vida y la muerte, entre el amor y el olvido. Regresa a Madrid este espectáculo sin fronteras que, en solo tres años, ha recorrido una veintena de países en todo el mundo. Será a partir de mañana…
EN UN PEQUEÑO SALÓN, el frenético tecleo de una máquina de escribir se enzarza a diario con las persistentes notas de un violonchelo. Son André y Dorine, una pareja de ancianos que, como tantas otras, ha caido en la desidia, olvidando lo que un día les unió. De las paredes cuelga el pasado como único testimonio de lo que compartieron. Pero un acontecimiento irrumpirá en sus vidas, obligándoles a recordar lo que fueron. Una mirada al pasado que les ayudará a construir un nuevo presente aunque, tal vez, demasiado tarde…
“Acabas de cumplir 82 años. Has encogido seis centímetros, no pesas más de 45 kilos y sigues siendo bella, elegante y deseable. Hace 58 años que vivimos juntos y te amo más que nunca». Así comienza la maravillosa carta en forma de libro que el filósofo André Gorz escribe a su mujer, Dorine, pocos meses antes de que los dos apareciesen muertos en su casita de Vosnon, Francia. La lectura de este libro despertó en nosotros la necesidad de contar nuestra particular historia de amor en la vejez”, comenta José Dault, actor y productor de Kulunka Teatro.
Un conmovedor relato contado a través del poder de las máscaras, tal cual explica su director Iñaki Rikarte: “La máscara encierra una magia poderosa. Éstas, con su tamaño y sus rasgos exagerados, plantean una convención que, lejos de distanciar al espectador, provoca el efecto contrario. Éste termina reconociendo en el espectáculo su propio universo e, incluso, suplantando las máscaras por rostros de su propia biografía”.
La crítica ha dicho
“Los chicos de Kulunka llevan al público de un extremo emocional al otro: de la risa desopilante, al nudo en la garganta. Hacía años que no sentía un zarandeo semejante”, El País.
“André y Dorine es ternura, conmoción, herida y canto. Un placer que parecía perdido y ha sido recuperado”, Diario Málaga Hoy.
“Es una historia sobre el Alzheimer, pero sobre todo es una historia sobre la superación, la lucha y el amor”, Revista Cultural Modernícolas.
