Romeo Urbano firma y dirige «Feliz lunes«, un nuevo musical que llega mañana al Teatro Lara con Cristina Salvador, Manuel Pico e Íñigo Santacana en el reparto.
Notas sobre el espectáculo
Desde que la expansión de las redes sociales se convirtió en un fenómeno global, nuestras vidas no han vuelto a ser las mismas. Hoy, la manera en la que nos definimos ante el mundo no tiene tanto que ver con nuestra forma de hablar o nuestros gestos, sino con la cuidadosa edición de nuestro “perfil”. Una creación digital que es más relevante que cualquier “yo” real, pues su público es infinito, mientras que el acceso a nuestro “yo” físico siempre va a ser limitado.
Esos estilizados avatares (los nuestros, y los que nos rodean) han alcanzado tal impor- tancia que ya cumplen una segunda y siniestra función. Se han convertido en ideales de vida. Nuestra relación con las redes es hoy un proceso bidireccional: depuramos un perfil en el que luego intentamos encajar nuestra propia existencia.
Es por esto que el advenimiento de las redes sociales ha venido acompañado tam- bién de una subida exponencial de trastornos como la ansiedad y la depresión, so- bre todo en la población que más tiempo pasa en ellas: los menores de 35 años. De hecho, hoy en día la primera causa de muerte en esa franja de edad en los países desarrollados es el suicidio. Por primera vez en la historia de la humanidad.
El equipo de Feliz Lunes pertenece a esa franja de edad. Y nuestros personajes hablan y sienten como nosotros porque, de alguna manera, somos nosotros. Una generación que, además de incorporarse al mundo laboral en medio de dos graves crisis económicas, ha vivido en primera persona, y casi sin darse cuenta, la paulatina digitalización de su identidad.
Feliz Lunes es un fiel retrato de lo que supone ser joven en las redes. La emoción, pero también la ansiedad y, paradójicamente, la soledad que consigue despertar la mera vibración de un teléfono móvil en medio de la gran ciudad.
Romeo Urbano