«Tango Club» llena el Amaya del aroma de Buenos Aires

Desde el tango más arrabalero al de su último genio… Astor Piazzolla. Con aroma de Buenos Aires, con su pasión, su música, su cante y su danza, la compañía dirigida por Pablo Rubio nos invita a hacer con ellos un recorrido por las diferentes épocas y estilos de este género. «Tango Club», que se estrena mañana en el Teatro Amaya, es un viaje en el tiempo que significa, además, un homenaje a la gran Celia Gámez, presente en la voz de su sobrina Valeria Gámez, que volverá a hacer sonar aquello de “Yo adivino el parpadeo…” mientras la sensualidad y elegancia de Silvia Fuentes y John Arveláez nos llevan a disfrutar del tango en estado puro. 

“TENGO UNA ILUSIÓN: que mi obra se escuche en el 2020. Y en el 3000 también. A veces estoy seguro, porque la música que hago es diferente. Porque en 1955 empezó a morir un tipo de tango para que naciera otro”.

Dicen que Astor Piazzolla fue el último genio que conoció el tango. Y hoy, en 2016, su ilusión sigue más viva que nunca y no sólo en Buenos Aires, también en Madrid suena ahora bien fuerte el bandoneón gracias a este espectáculo puesto en marcha por Pablo Rubio. “Es un recorrido por la historia del tango desde sus comienzos hasta la actualidad, pasando por todo el abanico de autores y compositores y la evolución de la danza y la música. Un club de amigos donde el tango es el máximo protagonista”.

De arrabalero a la alta sociedad…

Enrique Santos Discépolo, uno de sus máximos poetas, definió el tango como “un pensamiento triste que se baila”. Convertido hoy en uno de los géneros musicales internacionales más potentes del mundo, pero no siempre fue así. Cuando los emigrantes llegaron a Argentina el tango sólo se podía bailar entre hombres de una clase social muy baja. Con el paso del tiempo la sociedad lo fue aceptando y empiezan a bailarlo algunas mujeres, pero solamente las que se dedicaban al teatro y a la prostitución, hasta que acaba convirtiéndose en el protagonista de las grandes citas sociales de la alta sociedad porteña.

Y este viaje podremos vivirlo en primera persona gracias a maravillosas proyecciones que, además, posibilitarán algún momento mágico, como cuando Valeria Gámez, sobrina nieta de la gran Celia Gámez y voz de este espectáculo, canta a dúo con su tía, a la que también se rinde homenaje. No en vano fue una de las más populares estrellas de España en la primera mitad del siglo XX, actriz y bailarina hispano-argentina a la que también recordamos con tangos tan apasionados como “Fuego” o “Plegaria”.

Fernando Pérez Herrera, director musical, junto a los músicos Fernando Fiszbein y Nicolás Codega son los encargados de dar toda la fuerza sonora a este espectáculo. La destreza y el magnetismo de Silvia Fuentes y John Arveláez llenan de sensualidad y elegancia temas míticos como “Volver”, “Quejas de Bandoneón”, “La comparsita” o “Fumando espero”. Y es que “el tango transmite amor, pasión y nos saca lo mejor, e incluso en algunas letras, lo peor de nosotros. Nos hace entregarnos al otro”, finaliza Rubio.

 

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