El Círculo de Bellas Artes programa la magistral obra de Valle-Inclán “Luces de bohemia” del 15 al 18 de enero. “Tal vez sea uno de los textos más hermosos de la dramaturgia contemporánea. Lo definiría como la estructura perfecta, una evocación tan profunda sobre lo que somos, sobre la idiosincrasia de este país, que resulta fascinante”, afirma Carlos Martín, su director.
Personajes turbulentos y situaciones grotescas se suceden a lo largo de los dos días en los que el poeta ciego Max Estrella, junto con su amigo Latino y el resto de personajes nocturnos, pululan por el Madrid más sórdido. A lo largo de la noche, estos dos vagabundos van encontrándose con todo el lumpen de la ciudad: delincuentes, prostitutas, proletarios mal pagados, policías, periodistas, ministros… En definitiva, un microcosmos completo de la sociedad de la época de entonces que no se distancia tanto de la de ahora al que dan vida Mariano Anós, José L. Esteban, Laura Plano, Gema Cruz, Rafa Blanca, Francisco Fraguas, Néstor Arnas y Gabriel Latorre.
Estrenado en septiembre de 2007 en Zaragoza y con ocho años de gira –3 temporadas en Madrid y 1 en Barcelona, más de 250 funciones y más de 100.000 espectadores–, el texto de Valle-Inclán es uno más de la casi treintena de espectáculos de alta calidad que desde 1994 ha ido tejiendo Teatro del Temple. 20 años de andadura firme de una compañía cuyo equipo estable son el propio Martín en la dirección escénica –también dirige el Teatro de las Esquinas–, Alfonso Plou en la dramaturgia y María López Insausti en la producción y dos líneas claras de trabajo: dramaturgia contemporánea y, al mismo tiempo, clásicos o clásicos contemporáneos. ¿Balance? “Seguir ahí ya es positivo. Hay momentos donde el riesgo, el esfuerzo es tanto que no sabes si vas a llegar, pero esta coordinación de equipos es muy importante”, finaliza Martín.
