Victoria Vera se convierte en Salomé

Arropada por la adaptación y dirección de Jaime Chávarri, la réplica de Manuel de Blas y José Carlos Illane en escena y el exquisito trabajo de Ricardo Cué en la coreografía de la famosa Danza de los Siete Velos, Victoria Vera regresa a las tablas convertida en «Salomé» de Oscar Wilde. Será en el Teatro Fernán Gómez desde mañana y hasta el 3 de abril.

Un laberinto de pasiones, un drama familiar, un nudo claustrofóbico de odios antiguos y amores que estallan repentinos y abrasadores.  Todo esto y mucho más es la Salomé de Oscar Wilde, pero sobre todo es la obra de un poeta.  Una nuevaSalomé, sútil, compleja y seductora.

Oscar Wilde, poeta irlandés, escribió la obra en francés, pero no se libró de la persecución de la censura ni en su literatura ni en su vida.  La obra fue prohibida en Inglaterra y se estrenó en Paris en 1896, mientras Wildeestaba en la cárcel cumpliendo condena por homosexualidad; el enorme éxito fue su único consuelo en aquellos dos terribles años.  En el contexto del arte simbolista y decadente, la figura de Salomé adquiere una dimensión singular como plasmación del mito de la mujer fatal -reflejo de la misoginia de la época-, una belleza maldita que trae la destrucción; Wilde describió a su protagonista como una «trágica hija de la pasión».  «Los siglos acumulan sueños y visiones sobre ella», dijo también el autor, sin duda nuestro tiempo tiene algo nuevo que decir sobre ella.

Se presenta aquí una nueva versión, respetuosa con el original en la letra y en el espíritu y que ahonda en los conflictos interiores y deseos frustrados de los personajes.  Tras los momentos culminantes, la danza de los siete velos y la decapitación de Juan el Bautista, la tensión creciente conduce al estremecedor monólogo final.

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