Y el estrenazo del día… «Tea Rooms», la primera producción propia del Teatro Fernán Gómez dirigida por Laila Ripoll

«Tea Rooms«, que se estrena hoy, es la primera producción propia del Teatro Fernán Gómez dirigida por Laila Ripoll, en cuyas manos cayó hace años esta obra de Luisa Carnés y ya no pudo desprenderse de su recuerdo. Ahora firma la versión y dirección de esta portentosa novela-reportaje que nos acerca a la realidad de las mujeres españolas de comienzos del siglo XX. 

En los años 20 del pasado siglo en plena Puerta del Sol de Madrid Margarita Manso y Maruja Mallo fueron apedreadas por pasear sin sombrero –representaba un acto transgresor–. Ambas formaban parte de la Generación del 27 –sí, la misma de Lorca, Alberti, Buñuel o Dalí– y desde hace algún tiempo se las denomina ‘las Sinsombrero’, mujeres echadas casi al olvido de las que a duras penas podemos recordar algún verso, título o fragmento. Entre ellas también estaba Luisa Carnés, olvidada entre las olvidadas, invisible. 

Antonia, Matilde, Marta, Laurita, Teresa, Trini y Felisa sufren, sueñan, luchan, aman y chismorrean en el vestuario de las dependientas, una auténtica hornacina pringosa de un metro cuadrado escaso con una bombilla colgando y sin ningún agujero por donde el aire se renueve.

Son empleadas de un distinguido salón de té cercano a la Puerta del Sol. Mujeres acostumbradas a obedecer y a callar, a estirar un jornal que no da ni para un billete de tranvía. 21 pesetas a la semana por 10 horas de trabajo diarias.

La mirada afilada de Luisa Carnés, la gran novelista del 27, calificada por como “portentosa”, exiliada y quizás más olvidada que ninguna, dibuja un fresco del Madrid convulso y hostil de la preguerra en el que un grupo de mujeres trasiegan en un mundo que les corta las alas.

“Hace un retrato de la miseria, la desigualdad y el hambre que existía en el Madrid de los años 30. Retrata de forma brillante la diferencia abismal entre el mundo obrero y las clases más pudientes. Hace una radiografía del carácter y las contradicciones de estas mujeres, de su moral, sus deseos, sus angustias y sus silencios”, nos cuenta Paula Iwasaki, que interpreta a Matilde, alter ego de la propia autora.

A lo que otra de las actrices, Silvia de Pé, apostilla:

“Al terminar la novela pensé que 90 años después seguíamos con prácticamente los mismos problemas y con mucho trabajo por hacer. Sigue habiendo clasismo, desigualdad, machismo y más lindezas, pero ahora maquilladas con las redes sociales y una falsa sensación de libertad”.

Una pequeña joya

Ambas actrices junto a María Álvarez, Elisabet Altube, Clara Cabrera y Carolina Rubio son las protagonistas de la versión que firma y dirige Laila Ripoll, la primera producción del Teatro Fernán Gómez con ella al frente.

Maestra donde las haya a la hora de conmover y remover, a la hora de contar historias, de meternos de lleno en universos fascinantes, Ripoll ha planteado un espacio donde el público se situará a tres bandas en torno al escenario, que será la recreación de una auténtica pastelería de los años 30, y una propuesta muy cinematográfica.

Todo desde la mirada de seis mujeres en un claro homenaje al subtítulo de la novela de Luisa Carnés: “Mujeres obreras”.

“El público va a enamorarse de ellas”, afirma Silvia.

“Hay que resucitar la memoria de Luisa Carnés. Porque todas somos o hemos sido Matilde, Teresa, Trini, Felisa, Marta, Rosa, Antonia y Laurita. Es una oportunidad para detenernos un instante, todas y todos, y preguntarnos qué queda de ese retrato hoy”, finaliza Paula.

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