“El Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz es uno de los festivales más veteranos del panorama nacional. Tratamos de ampliar el trabajo de investigación y mapeo de la escena iberoamericana contemporánea para repensar los modelos artísticos y de gestión en clave de sostenibilidad y colaboración. Estamos trabajando para que el FIT no sea solo una plataforma de exhibición, sino también de apoyo a la creación, a la investigación y a la visibilidad de los trabajos. Seguimos fomentando coproducciones, residencias artísticas, acompañamientos a las creaciones y trabajo en red con otros festivales, instituciones y espacios de creación”, afirman sus directores Isla Aguilar y Miguel Oyarzun.
Un cartel inmenso
La 37ª edición del FIT, que se celebra del 15 al 30 de octubre, desgrana en 22 propuestas los problemas de la contemporaneidad de iberoamérica y despliega por 12 espacios de la ciudad propuestas escénicas diversas que observan, desde 10 países distintos, nuestras biografías y encrucijadas comunes.
“Memoria, identidad, desigualdad, migración, historia colonial, extractivismo de los territorios y los cuerpos, marginalización, racialización, diversidad sexual, cuestiones de género, el ejercicio legitimado de la violencia o la calidad de las democracias son algunos de los temas que sobrevuelan la programación”.
Inaugura la cita “Margem”, del portugués Victor Hugo Pontes, que reflexiona sobre qué significa ser joven hoy y sobre cómo se construyen los márgenes de la sociedad, y la cierra “Oasis de la impunidad”, de los chilenos La-Resentida.
Entre ambos 15 días en los que podremos disfrutar de18 espectáculos, 2 proyecciones, 4 talleres, 2 encuentros profesionales, 2 presentaciones de libros, 5 conversatorios, una videoinstalación, una pieza laboratorio y 3 residencias artísticas.
La programación combina proyectos de artistas con trayectorias consolidadas como Lagartijas tiradas al sol o Piel de lava, La Maldita Vanidad y Regina José Galindo, una de las mayores exponentes latinoamericanas de performance, con artistas que emergen con fuerza como Tiziano Cruz o Malicho Vaca Valenzuela.
No podían faltar nombres como Marco Canale, Cláudia Gaiolas, Renata Carvalho, Janaina Leite, Cibelle Appes, Renata Carvalho, Compañía La Soledad, Manuela Infante o La Columna Durruti, que estrena su nueva creación performática.
El festival también contará con presencia española. En “Todas las santas” la coreógrafa Luz Arcas se enfrenta por primera vez a un espectáculo de teatro de texto, una coproducción junto a Egly Larreynaga y Alicia Chong; Alberto Cortés trae “One night at the golden bar”; unahoramenos llega con la aplaudida “Moria”, con la que la compañía canaria nos lleva a un campo de refugiados de Lesbos, y también disfrutaremos de “El Rámper” de Jesús Bienvenido Saucedo.
Entrevista a sus directores, Isla Aguilar y Miguel Oyarzun
¿Qué es el FIT de Cádiz y cuál es el espíritu de esta cita?
El Festival Iberoamericano de Teatro (FIT) de Cádiz es uno de los festivales más veteranos del panorama nacional. Entre el 15 y el 30 de octubre se celebra su 37a edición. A lo largo de estos años, hemos asistido, como es natural, a una enorme evolución tanto de las prácticas escénicas como de los modos de gestión y de las políticas culturales en el ámbito iberoamericano, así como también se ha ido dando una transformación en las propias comunidades artísticas, cada vez más híbridas y porosas.
En esta nueva etapa del FIT, se trata de ampliar el trabajo de investigación y mapeo de la escena iberoamericana contemporánea para repensar los modelos artísticos y de gestión en clave de sostenibilidad y colaboración. En este sentido, estamos trabajando para que el FIT, no sea sólo una plataforma de exhibición sino también de apoyo a la creación, a la investigación y a la visibilidad de los trabajos. Por ello, seguimos fomentando las coproducciones, las residencias artísticas, los acompañamientos a las creaciones y el trabajo en red con otros festivales, instituciones y espacios de creación. Este año hemos coproducido cuatro obras y hemos ampliado la red de colaboradores españoles, iberoamericanos y europeos.
Además, continuamos trabajando para que el FIT de Cádiz siga siendo, y cada vez más, un lugar de encuentro: con la ciudadanía, entre artistas, entre profesionales, entre residentes y visitantes… y como tal tenga la oportunidad de resignificarse en el contexto actual, a ambos lados del Atlántico, como mediador entre realidades y diversidades culturales tan complejas y dispares como las que se aglutinan bajo el término de Iberoamérica –esa construcción cultural y política de la que formamos parte y que se enriquece tanto de lo que compartimos como de nuestras diferencias–.
El Festival se sustenta en una identidad iberoamericana pero, también, ha de situarse como puente natural, único, entre América Latina, Europa, el Mediterráneo y África, dando cabida a esta amalgama de complejidades desde una diversidad de sensibilidades y abriendo espacios para recuperar narrativas aún no contadas. Aparte de las veinte obras y la videoinstalación que se presentan en esta edición, los talleres, las conversaciones, las presentaciones de libros y los encuentros profesionales nos generan más pretextos y contextos para disfrutar y aprender del estar juntas.
En definitiva, nos parece importante atesorar y poner en valor la historia del FIT de Cádiz, pero también imaginar lo que todavía está por hacer y por nombrar.
Vamos a esta edición. ¿Cómo la encaran y qué esperan de ella?
La programación de esta 37a edición del FIT de Cádiz nos ofrece todo un viaje por asuntos que forman parte de las preocupaciones y debates de nuestros tiempos, como la forma en que transitamos las contradicciones de nuestro pasado y de nuestro presente, los cambios que nuestras sociedades reclaman y las diversas sensibilidades que nos ayudan a comprendernos mejor unos a otros. Memoria, identidad, desigualdad, migración, historia colonial, extractivismo de los territorios y los cuerpos, marginalización, racialización, diversidad sexual, cuestiones de género, el ejercicio legitimado de la violencia o la calidad de las democracias son algunos de los temas que sobrevuelan esta programación.
Las distintas obras actúan como cajas de resonancia entre ellas que evidencian la relevancia de esas preocupaciones que están en el ambiente y que los creadores recogen y traducen en lenguaje artístico desde diferentes aproximaciones y prácticas.
Supone una enorme riqueza que ese viaje que ofrecemos sea también geográfico y cultural: poder contar con artistas y creadoras de muchos lugares del ámbito iberoamericano, desde el Cono Sur hasta México a un lado del Atlántico, y de muchos lugares de la península ibérica al otro lado del océano, atendiendo a las periferias y a las diversidades que existen en los propios territorios. Y así deconstruir juntos las visiones eurocentristas y los discursos hegemónicos y anquilosados para construir proyecciones y demandas de futuro desde las distintas vivencias, historias y realidades.
Es un lujo poder acercarnos desde nuestras butacas a realidades y voces de las que a veces distamos miles de kilómetros.
Pero el viaje al que os invitamos desde este 37o FIT no sólo es temático y geográfico: hay otro viaje dentro del viaje, que consiste en disfrutar de la diversidad de las prácticas escénicas de hoy en día y de los lenguajes liminales que forman parte de las artes vivas. Conscientes de que la variedad formal es una de las señas de identidad de las últimas décadas de la historia de las artes escénicas, nuestro trabajo curatorial intenta recoger una muestra de toda esa diversidad, que se ve aún más amplificada cuando se trata de propuestas provenientes de diez países.
Y el viaje es, también, por Cádiz. El festival invadirá un año más la ciudad en otoño, habitando los muchos espacios municipales, extendiéndose a algunos otros como el Aulario La Bomba y presentando también algunas acciones en espacios públicos como en la playa de La Caleta o en la Punta de San Felipe.
Este año de nuevo, como ya pasó con proyectos como ATLAS-Cádiz 2020 o Los Mapas Vivos 2021, volvemos a producir trabajos situados que ayudan a conectar con la ciudad y sus gentes, a través de una labor de mediación, participación y formación con el tejido artístico y con la ciudadanía. Pensamos que de este tipo de iniciativas surgen experiencias enriquecedoras, otros modos de relación con los artistas y los procesos creativos, otros lugares desde donde apreciarlos, estar y aportar.
¿Cuáles son las líneas que vertebran esta edición?
Una de nuestras líneas de fuga es caminar hacia un festival más inclusivo y situado, que se vincule cada vez más con las problemáticas y anhelos de los territorios y sus comunidades, para generar nuevas audiencias y conectar con los públicos de otra forma. Las instituciones culturales y, por supuesto, los festivales deben salir de sus zonas de seguridad.
La identidad iberoamericana del Festival obliga a una curaduría inclusiva que proyecte una mirada decolonial y antipatriarcal que trascienda las narrativas hegemónicas y eurocéntricas. El FIT tiene la oportunidad de visibilizar una deuda pendiente con el SUR global y desplazar unas lógicas que ya no podemos seguir sosteniendo.
En esta edición seguimos ahondando en las líneas de trabajo de 2020 y 2021 con una programación plural en clave contemporánea. Desde el FIT, como festival público, creemos en la importancia de presentar una amplia paleta de poéticas y de formas de artes en vivo para atender a una diversidad de públicos, de edades, de intereses y de inquietudes. La programación incluye propuestas muchas veces híbridas y a caballo entre el teatro de texto, el teatro documental, piezas de auto-ficción, comedia, teatro político, teatro para la infancia, danza, performance, site-specifics, pasacalles y acciones en espacio público.
La programación está compuesta por 20 obras y una videoinstalación de 10 países, de las cuales 13 son estrenos en España. El programa se articula en torno a los tres últimos fines de semana de octubre, del 15 al 30 de octubre, con dos o tres propuestas al día, un ritmo pensado para que la ciudadanía pueda disfrutar de su festival y a la vez para que sea atractivo para los profesionales y público general que vienen de fuera.
Hemos intentado abarcar una diversidad geográfica en un territorio tan vasto como el espacio Iberoamericano. Además de México, Chile, o Argentina, con una presencia habitual mayor en nuestras programaciones, este año contamos con trabajos de Colombia y también de Centroamérica con artistas de Guatemala y de El Salvador. El Festival abre por tercer año consecutivo con una pieza de Portugal, y hacemos una apuesta por la lusofonía con una fuerte presencia de Brasil. En España también hemos querido mostrar la diversidad de los territorios nacionales y sus periferias, haciendo hincapié en proyectos y artistas andaluces, pero también de Cataluña y Canarias.
Asimismo, la programación combina proyectos de artistas con trayectorias consolidadas como Lagartijas tiradas al sol o Piel de lava que presentan sus proyectos en los principales escenarios latinoamericanos y europeos, La-Resentida o La Maldita Vanidad que vuelven al FIT, o Regina José Galindo, una de las mayores exponentes latinoamericanas de performance en la actualidad, con artistas que emergen con fuerza como Tiziano Cruz o Malicho Vaca Valenzuela.
Además, de expandirse por diferentes zonas de la ciudad haciendo uso de los teatros y de entornos públicos que son escenarios únicos, el Espacio de Cultura Contemporánea, ECCO, volverá a ser sede del Festival. Ahí acogeremos nuestro programa Trans-Atlántica, una serie de conversaciones transoceánicas entre artistas de la programación y profesionales de la cultura, del pensamiento, como Remedios Zafra o Pablo Martínez, cuyas prácticas están relacionadas con las temáticas y problemáticas que abren las piezas, para acercarnos a estos trabajos desde otros prismas y generar contextos.
También proyectaremos películas, realizaremos encuentros profesionales y talleres y como sucedió el año pasado, el ECCO será un espacio de encuentro informal entre artistas y público con un bar, un restaurante y algún concierto o DJs. La idea es fomentar que el Festival abra sus puertas a la ciudadanía, que lo sienta suyo, y crear espacios en que la cultura permee rompiendo barreras.
Denos unas pinceladas de lo que vamos a poder ver (compañías, nombres propios, espectáculos…)
Inauguramos en el Teatro Falla con MARGEM, del portugués Victor Hugo Pontes, que reflexiona sobre qué significa ser joven hoy y sobre cómo se construyen los márgenes de la sociedad. Desde Brasil llegan tres estrenos en España que muestran la fuerza de las creadoras de este país-continente: Renata Carvalho presenta Manifesto transpofágico, una pieza en la que narra y reivindica la historia de su cuerpo travesti, de su cuerpo como (auto)construcción, pero también habla de la historia de la violencia contra las travestis y transexuales en Brasil. Renata Carvalho, también presentará el mediometraje Corpo sua autobiografia.
Janaina Leite presenta Stabat Mater, una performance que fue elegida como el mejor espectáculo del año por los críticos de Sao Paulo. En la obra interviene Janaina con su madre y un actor de la industria pornográfica. La pieza indaga en las representaciones de lo femenino, la maternidad y la sexualidad en Occidente, así como en los orígenes del acuerdo histórico entre lo masculino y lo femenino. Leite, es un referente dentro del teatro documental y autobiográfico en Brasil, y con esta obra obtuvo el Premio Schell de Dramaturgia en 2019.
Cierra este trío brasileño, Marina Guzzo con su videoinstalación Mistura, que recoge composiciones coreográficas con mujeres y plantas, creando unos tableau-vivant poéticos que critican el estado de las cosas y presenta una construcción de visiones de futuro. Como continuación del proyecto, en el marco del festival, Marina realizará un taller con mujeres gaditanas y restos vegetales locales en el que se generará de forma conjunta la imagen para el FIT 2023.
Este año también hemos querido realizar un foco especial sobre Chile, presentando el último fin de semana (del 26 al 30 de octubre) tres obras que se complementan para proporcionarnos un retrato sobre la sociedad chilena hoy a través de las problemáticas del extractivismo, el estallido social, la violencia del estado o la calidad democrática.
Cabe destacar el estreno en España de Cómo convertirse en piedra de Manuela Infante, que fue la primera artista chilena invitada a la Bienal de Teatro de Venecia en 2019. Con varias capas solapadas de alusiones y lecturas posibles, como si se tratara de un yacimiento geológico, la propuesta, algo beckettiana –con lenguaje y preocupaciones del siglo XXI– dispara temas y metáforas desde el universo mineral: alusiones a la erosión de la tierra, de los cuerpos, de las relaciones, de la memoria.
Desde la supuesta frialdad de lo digital, Reminiscencia de Malicho Valenzuela nos sumerge en un mapa topográfico emocional de su Santiago de Chile, íntimo y político a la vez, que indaga tanto en la memoria reciente como en las cicatrices más profundas, con la tierna historia de amor de sus abuelos como telón de fondo. Y como clausura del festival el 30 de octubre, proponemos otra compañía chilena, La Re-sentida y su última obra Oasis de la impunidad, estrenada este mismo año en el Schaubühne am Lehniner Platz de Berlín. A partir de la experiencia del estallido social y la revuelta que se desbordó por las calles de Santiago de Chile en octubre de 2019, Marco Layera y la Compañía La Re-Sentida (una de las más sólidas y con mayor proyección internacional del teatro chileno) se proponen hacer una investigación teatral y coreográfica sobre las formas en que la violencia, la indignación y el terror habitan y desbordan los cuerpos.
En el Gran Teatro Falla estrenamos Petróleo de la compañía porteña Piel de Lava, con la que han encandilado al público de Buenos Aires durante varias temporadas. En un tono de comedia contemporánea, los cuatro personajes masculinos de la obra son interpretados por cuatro actrices. La estrecha convivencia entre los obreros, aislados y soportando duras condiciones de trabajo, es el marco que le sirve al colectivo para indagar en la construcción (y deconstrucción) de los estereotipos masculinos y de las identidades de género. Lo hacen con humor y sagacidad, en un verdadero tour de force interpretativo en el que sacan a relucir toda su potencia actoral y su vis cómica. Aunque, debido a las fechas del Festival el estreno sea en Cádiz, la pieza la presentamos en colaboración con el Teatro Lope de Vega de Sevilla, el Festival de Otoño de la Comunidad de Madrid y Temporada Alta de Girona, donde también se podrá ver.
Dentro de la programación hay un especial cuidado en atender el territorio local y andaluz. Co-producimos Todas las santas, un proyecto de colaboración entre la coreógrafa y directora malagueña Luz Arcas (La Phármaco) y las actrices salvadoreñas Egly Larreynaga y Alicia Chong (La Cachada Teatro y Teatro del Azoro). Han compartido, durante muchos meses de correspondencia, reflexiones en torno a tres ejes temáticos: cómo nos marca el hecho de pertenecer a un país (la patria como cuerpo colectivo generador de las identidades individuales); el amor como búsqueda vital; y el arte como vocación y necesidad espiritual, estética y política. Aunque se trata de un estreno absoluto, sabemos que la obra viaja de la instalación audiovisual al teatro testimonial, de la danza al documento histórico, en un ritual donde arderán, como santas o mártires, las dos potentes actrices, hijas de la reciente guerra civil, madres y artistas supervivientes en un país marcado históricamente por la violencia. One night at the golden bar es la nueva pieza del artista también malagueño, residente en Sevilla, Alberto Cortés en la que explora, en sus palabras, “la experiencia de vulnerabilizarse para encontrar la belleza que aparece en la declaración de amor cursi, queer y desfasado.”
Alberto Cortés es uno de los creadores más sorprendentes de las nuevas generaciones de artistas escénicos españoles. Con un lenguaje y una investigación muy propia, su trabajo, en el que involucra texto y movimiento, se destaca por una gran libertad creativa, con una cuidada carga teórica y poética.
En el FIT 2021, el cantautor y conocido letrista gaditano Jesús Bienvenido colaboró en un proyecto situado dirigido por la compañía Hispano-Mexicana Oligor y Microscopía. De esa colaboración, surge un acompañamiento por parte de Shaday Larios y Jomi Oligor a la nueva obra de Jesús que presentamos en el FIT 2022, El Rámper. En la obra, Bienvenido recrea diciendo y cantando la dura represión y persecución que sufrieron los autores, directores e intérpretes de la murga y el coro de Cádiz desde el estallido de la Guerra Civil. Se entremezclan ritmos como el vals peruano, el landó, la música circense y algunos palos flamencos como la malagueña para recrear toda una época y hacer un ejercicio de memoria histórica y justicia poética.
Y aunque me dejo muchas más cosas en el tintero, quiero hablar de la urgencia de acoger trabajos tan necesarios como Soliloquio de Tiziano Cruz que propone una reflexión, entre otras cosas, sobre la estigmatización de los cuerpos racializados, la aporofobia, la heterocentralidad y, en general, las prácticas de poder de las sociedades dominantes. Fue una de las revelaciones del FIBA (Festival Internacional de Buenos Aires) de este mismo año o de Con tu propio espejo te quemaré tus ojos de la guatemalteca Regina José Galindo, una de las pioneras y más importantes artistas de performance de Latinoamérica. Su trabajo, por lo general con un fuerte contenido político y crítico, está comprometido con la historia de su país y la denuncia de la violencia, el machismo, el abuso de poder y la represión de los Estados. En 2005 ganó el León de Oro en la categoría de artista joven en la 51 Bienal de Venecia.
Todo el equipo del festival se sentirá sumamente satisfecho y feliz si al final de la cita se ha logrado…
…sentir que el trabajo ha tenido sentido, en equilibrio entre el bien común y la satisfacción personal.