Ya está aquí la 65ª edición del Festival de Mérida, que arranca con una espectacular «Sansón y Dalila»

La 65ª edición del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida arranca mañana con la espectacular puesta en escena de «Sansón y Dalila», de Camille Saint-Saëns, una ópera inclusiva y participativa donde el auténtico protagonista es el pueblo. Dirigida por Paco Azorín, cuenta con la Orquesta de Extremadura y más de 400 intérpretes en escena.

Palestina, una plaza pública de Gaza. Marcha por la libertad del pueblo hebreo ante el templo del dios Dagon, de los opresores filisteo. Una reportera de guerra asiste a la represión de los manifestantes. Llega Sanson, un líder revolucionario en horas bajas que poseido porun impulso del espíritu y mata a Abimelech (jefe de los cuerpos de seguridad de la dictadura filistea).

Tras este acto el pueblo hebreo arrasa la ciudad y los filisteos y su dictador el Sumo Sacerdote se ven obligados a huir a las montañas. Tras la masacre Sansón es inbuído de poderes por el viejo hebreo. Las puertas del templo de Dagon se abren y las filisteas son obligadas a entregar a sus hijos y exiliarse. Entre ellas Dalila, que apela al amor entre ambos, invitándole al valle de Sorek. Sansón la rechaza comprometido con su dios y su pueblo. 

“Se va a encontrar un marco incomparable en una noche de verano maravillosa y disfrutando de la cultura de nuestro país”.

Eso le diría Jesús Cimarro, director del Festival Internacional de Teatro Clásico de Mérida, a cualquiera que le preguntase por qué hay que hacer parada en Mérida. Cimarro encara la 65ª edición de esta cita, la octava para él, con responsabilidad, compromiso y mucho trabajo a la espalda.

“Uno siempre está aprendiendo e intentando que una actividad como la que desarrolla el Festival de Mérida esté en continua evolución y que se sigan haciendo aportaciones nuevas con algo tan clásico como es la temática grecolatina grecorromana, que habitualmente no encuentras en el mercado ninguna propuesta que puedas comprar. Entonces lo que hay que hacer es proponer continuamente espectáculos a creadoras y creadores”, afirma.

Un trabajo ingente que cada año tiene sus frutos. No en vano el pasado año el festival clausuró su 64ª edición con más de 175.000 espectadores, un 4,2 por ciento más que en 2017.

“Fue una edición muy buena porque se consiguieron todos los objetivos marcados y se superaron a todos los niveles. Lo que espero de esta es mantener todo lo conseguido”, dice Cimarro y continúa: “Mi objetivo como director ha sido programar para todos los públicos. Las líneas generales son mostrar distintas propuestas del ámbito de la cultura. Están todas las artes: la opera, la música, el teatro, danza, flamenco, incluso la zarzuela. Exposiciones, conferencias, encuentros… Hay un conglomerado de actividades que hacen que el festival sea de un gran atractivo”.

9 espectáculos, seis espectáculos teatrales, dos de danza, y una ópera vertebran esta 65ª edición que iremos desgranando poco a poco.

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