¿Qué balance hace de la situación general del teatro a día de hoy? ¿Qué diría su parte médico?
Depende mucho desde dónde se analiza. Si hablamos de la afluencia de público siento que hay enormes diferencias entre los consumidores habituales de Teatro y los que no lo consumen en absoluto. Digamos que no existe una “clase media del espectador teatro”, algo que sí ha ocurrido con el Turismo o con la Gastronomía y eso es una cuestión de estado, no me cabe la menor duda. Si lo analizamos de parte le la mayoría de la profesión, creo que está devastada. Y probablemente si lo analizamos desde la perspectiva de algunos productores, la cosa les va muy bien, precisamente porque la profesión está por los suelos. En fin, como cuando se analiza un país tercermundista.
¿Cuáles son los retos más inmediatos a los que se enfrenta el teatro?
Atraer al público por sí mismo, por su interés y calidad, no por fenómenos televisivos. Conquistar al público joven. Estabilizar núcleos de producción y de formación. Normalizar esta profesión. Seguir evolucionando en el terreno artístico. Formar parte activa de la sociedad… (por ejemplo).
En vez de quejarnos, vamos a dar soluciones. ¿Por dónde empezamos?
Conste que denunciar lo que se considera una injusticia no es quejarse, es defenderse. Pero respondiendo a vuestra pregunta de por dónde empezamos:
Por la educación. Siempre. Por darle importancia a las humanidades y pensar que la Cultura es una herramienta para facilitarnos la vida. ¿Quieres una propuesta a estudiar o al menos a dialogar?: Unamos en el mismo Ministerio Cultura, Educación y Sanidad. Que los presupuestos contemplen esos tres aspectos. Son las ciencias del bienestar del ser humano ¿por qué habrían de verse por separado?
¿Qué echa en falta en la cartelera?
En la comercial riesgo, y en la alternativa a veces oficio. En la pública apuesta, en las giras formación de públicos, en general más conocimiento y amor por el teatro y no por el negocio. Me gustaría oir menos la palabra “funciona” y más la palabra “emociona”.
En esta situación, ¿qué habría que pedirle a la profesión? ¿Debería hacer autocrítica?
Siempre. Por supuesto. Eso es fundamental. Pero creo que cada vez que alguien sube a un escenario (y aquí englobo a todos los responsables del hecho artístico, no solo al actor) ha pasado por un periodo de inseguridades que le han obligado a hacer autocrítica. Cada uno tenemos que hacer nuestra parcela de trabajo lo mejor que podamos y sepamos. Luego el conjunto.
¿Y al público, qué hay que pedirle?
Que sea crítico. Que no se conforme con cualquier cosa, que arriesgue y que disfrute. Nos quedan pocos reductos dónde nos traten tan bien, sin pantallas ni plasmas por medio, sin prisas, con interés por nuestras reacciones… donde nos cuentan historias y nos piden la aprobación con una risa o con un aplauso. Ser público es estupendo.
¿Y a la crítica, a los medios?
Los medios… bueno, viendo lo que hacen con lo demás, tampoco podemos pedir mucho. A los profesionales que se ocupan de la cultura decirles que estamos en el mismo barco, que resistan la invasión del intrusismo. La crítica de un buen profesional se agradece mucho (si es positiva gusta, pero si no lo es tanto te hace reflexionar y mejorar).
¿Cómo ve el papel de las mujeres (de las poquitas que hay) en la dirección?
Igual que el de los hombres. Mi directora favorita es una mujer: Arianne Mnoushkine, gracias a un montaje de Helena Pimenta me decidí a dedicarme al mundo del Teatro, Natalia Menéndez es la primera directora que me dio una bonita oportunidad en Madrid… en mi carrera como actor me han dirigido más mujeres que hombres (Florence Tosi, Anne Coutureau, Ana Contreras, Nathalie Richard, Christianne Cohendy, Charo Amador… etc…) y todas con excelentes resultados. Yo lo veo muy normal, sinceramente, me disgusta que haya quien no lo vea así. Y me enfada que una mujer sólo por serlo tenga cortapisas para dirigir.
Como espectador, ¿qué le lleva al teatro? ¿Cómo elige, en qué se basa?
En muchas cosas, a veces una recomendación me basta. Otras veces me interesa el título, el trabajo de alguien, ya sea desde la actuación o la dirección. Depende también del día y de las apetencias. Por otro lado me gusta ir a ver a los amigos… Todos los estilos me gustan, si están bien hechos.
La última obra que ha visto… ¿Cuál ha sido y qué le pareció?
La última, última, fue Juanita Calamidad, de las Chirigóticas. Me encantó. Me gustó mucho el trabajo de las tres actrices y el de dirección-dramaturgia de Antonio Álamo. La vi en un centro cultural rodeado de un par de autobuses del IMSERSO y la disfrutamos todos mucho. También he visto en esta semana la Extínta Poética y Todo es mentira, dos obras muy distintas pero muy interesantes cada una en su género. De todas he aprendido, y eso es fantástico.
Está deseando ver… ¿Qué espectáculo?
Tengo entrada para La Cocina el día 20, estoy deseando verla. También quiero ver Todo el tiempo del mundo de Pablo Messiez o Navidad en casa de los Cupiello, que es un texto que me gusta muchísimo, dirigido por Aitana Galán. Imagino que en esta semana los veré.
Siempre le emociona el trabajo de… ¿Qué artista y por qué?
Me inspiran mucho las puestas en escena de Carles Alfaro o Mario Gas, me gustan los trabajos de James Thierrée o de la Neederlands Dance porque me hacen soñar. Cuando Claudio Tolcachir pone en escena sus textos es para mí un huracán de sensaciones y por supuesto mi admirada Arianne Mnouschkine que lo tiene todo.