Amelia Ochandiano

 Aunque le pareció raro cuando se enteró, lo cierto es que fue la primera mujer en dirigir en el Teatro de la Zarzuela. Corría el año 2007 cuando montó en este escenario “Las Bribonas” y tres años después “La del soto del parral” que hoy recupera en el mismo escenario. Actriz, bailarina, directora y productora, Amelia Ochandiano es una mujer de teatro. Con todas las letras. 
Todos los intérpretes coinciden en que volver a la zarzuela es un honor. ¿También lo siente así una directora?

Es una maravilla, me encanta la zarzuela, me gusta muchísimo la música, es un espectáculo que lo tiene todo: música, teatro, danza… Es un privilegio total. Y para casi todo el mundo, porque cuando se juntan actores con cantantes líricos nos retroalimentamos los unos a los otros.


En 2010 dirigía “La del soto del parral”. ¿Qué tiene de especial para volver a ella cinco años después?

Hay un ramillete de obras maestras a nivel musical y ésta es una de ellas. Musicalmente es maravillosa. De hecho está considerada una de las mejores, tiene una partitura excelente, con raíces del verismo italiano, muy bella y muy exigente vocalmente. Es brillante. Martín Baeza-Rubio cuando la conoció un poco más en profundidad venía entusiasmado por la música y la pasión que tiene esta obra.


¿Qué ha querido reflejar con ella?

La obra habla de ese tipo de personajes acostumbrados a convivir con la naturaleza que les hace ser de una pasta muy especial. El montaje es un homenaje al contacto con la naturaleza. Todas las letras tienen mucho que ver con la lluvia, el viento, las flores, la primavera, el agua… Parece que los sentimientos estén relacionados con las estaciones. El escenario es fascinante.


¿Y veremos algo nuevo?

Siempre hay cosas que uno querría mejorar o incorporar, pero no drástica-mente. Como la zarzuela se desarrolla dentro y fuera, jugamos un poco a que los interiores están dentro de la tierra y eso escénicamente es muy potente. Hay alguna sor-presa que ya se verá.


En 2010 nos decía que habría que poner la zarzuela de moda.

Se ha conseguido muy poco, francamente. Todos coincidimos en que es muy potente, pero estamos en las mismas. No lo sé, creo que a lo mejor tiene que haber más continuidad de este tipo de propuestas, más contemporáneas y desde el teatro forzar la máquina a nivel de promoción. Y no se entiende, porque tenemos un patrimonio excepcional.


Directora de Teatro de la Danza de Madrid, ha producido sus espectáculos. ¿No hay que estar un poco loco?

He suspendido la actividad de la empresa. Las circunstancias son tan graves que he decidido darme un respiro a ver si escampa. Se dice pronto que una empresa como Teatro de la Danza que lleva treinta años con una actividad continuada haya tenido que parar las máquinas porque esto no hay quien lo aguante. 


En este número estamos tomando el pulso al teatro. ¿Cómo ve usted la situación de la escena hoy?

Sin ninguna contemplación: yo no veo la luz al final del túnel. Hay gente que lleva diciendo que sí, que además salen nuevas opciones, salen nuevas formas… Yo creo que si le queremos ver la parte buena hay una parte buena de que algunos profesionales del sector en vez de estar en casa esperando a que les llamen se han puesto a hacer cosas, pero la mayoría de las cosas que han hecho son creativamente o artísticamente muy interesantes, pero a costa de su propio dinero seguramente.

 

 

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