¿Qué plantea esta nueva versión libre de “El tío Vania”?
Es una versión reducida de la pieza original, somos solo cuatro actores contando lo esencial de la pieza para los espectadores. Esta es una propuesta muy radical y arriesgada, pero a la vez muy fiel a la esencia de la obra y al pensamiento de su autor.
¿Cuáles son los temas y sentimientos fundamentales que se respiran en esta función?
La búsqueda de cómo vivir, el tiempo malgastado, los sueños rotos. Amistad, esperanza, decepción, resistencia… L
¿Cómo son sus personajes?
Mi personaje en esta función se llama Ariadna, pero se basa en Yelena de la obra original de Chéjov. Es alguien sensible que se encuentra en una posición cada vez más complicada emocionalmente a lo largo de la función.
¿Qué caracteriza a los demás personajes de la pieza?
Tienen expectativas y sueños frustrados que, a pesar suyo, van saliendo a la luz. Esto crea cierta tensión y conflictos entre ellos.
Este “Vania” expone tiempos oscuros y de desengaño para el ciudadano. ¿Qué circunstancia de nuestra sociedad en el momento actual les parece una auténtica decepción?
Hace 130 años Chéjov escribió en esta función sobre la insensata destrucción de la naturaleza por parte del hombre. El tema está cada vez más vigente, desafortunadamente.
En suma, ¿por qué recomiendan al espectador ver esta versión de “Vania” de Álex Rigola?
Porque, en este montaje, el espectador forma parte de la obra tanto como nosotros. Se encontrará muy cerca de la acción y la emoción.
¿Qué les aporta, en lo personal, su carrera artística?
Una sucesión de sorpresas, momentos maravillosos y altibajos. Pero lo importante, al fin y al cabo, creo que es el aprendizaje.
¿En qué otros proyectos podemos verles actual o próximamente?
Aparte de la coproducción rumano-española del director Tudor Girgiu, el año que viene volveré a hacer “Jane Eyre”, dirigida por Carme Portaceli.