“A vueltas con la vida” es…
Es la historia de una mujer que vive en soledad y que a través de la lectura encuentra motivos para quererse, para ser valiente, para enfrentarse a la vida, para poder tomar decisiones… Todo eso dentro de un tono tragicómico, con muchos momentos divertidos y momentos muy emocionantes, como la vida. Es una mujer maltratada que aprende a decir no y a plantarse gracias a que un día descubre la vida en los libros.
Mari Carmen tiene cuatro pilares: Marilyn, Chavela Vargas, Santa Teresa de Jesús y Cleopatra…
Esas son las mujeres cuya vida va descubriendo a través de la lectura. A lo largo del monólogo va cogiendo las cosas que le gustan de unas y reprochando otras. Establece relación con ellas, habla con ellas y admite los consejos que las otras le dan. Es un espectáculo muy atractivo porque, aunque esté yo sola en el escenario, aparece mucha gente.
¿De verdad un libro te puede cambiar la vida?
En los libros está la vida, la nuestra, la del que lo ha escrito, la del mundo…
¿Cuáles son los libros o autores favoritos de Beatriz Carvajal?
Me gustan mucho los autores sudamericanos: García Márquez, Isabel Allende… Los nuestros también. Crecí con Lorca. Un libro que debería leer todo el mundo es “Cien años de soledad”.
¿Qué se va a llevar de Mari Carmen cuando acabe este viaje?
La alegría de haber podido ponerme en su piel, de que me hayan hecho este regalo. Como actriz es un regalo muy grande que te den la posibilidad de hacer un personaje que tiene tanto que contar y tanto que recibir.
¿Cómo se le queda a una el cuerpo cuando piensa que lleva medio siglo subida a las tablas?
Se le queda muy bien (risas), aunque da un poco de vértigo. Debuté en el Teatro María Guerrero y tuve la suerte de trabajar al lado de actores como María Dolores Pradera, Ferrandis, las hermanas García Ortega… Lo que quería era no desaprovechar la suerte que tenía y aprender todo lo que pudiera. Mi escuela ha sido estar subida en un escenario o delante de una cámara e intentar hacer las cosas lo mejor que sabía. Y, sobre todo, amar esta profesión.
De pequeña tenía claro que quería ser actriz, ¿qué quiere ser de mayor?
María Dolores Pradera decía una cosa muy graciosa: “Pensar en morirme en un escenario me parece una falta de respeto para el público” (risas). No es eso, pero mientras no me echen, me gustaría estar lo más que pueda en esta profesión.
¿Por qué es tan ‘venenosa’ esta profesión?
Te da la posibilidad de descubrir tantos personajes, tanta vida, de meterte en sitios que no podrías ni sospechar… Eso es lo que envenena, poder ser tú y ser Chavela Vargas de repente. Eso es maravilloso.