¿Qué es “Mejor viuda que mal casada”?
Un espectáculo en el que hago más de 40 personajes, entre ellos Luz Casal, Concha Velasco, Félix Rodríguez de la Fuente, Marta Sánchez… y, sobre todo, una función de teatro, una historia com-pleta con mil personajes desde que empieza hasta que termina. Hay un final sorpresa muy especial que solo el público presente descubre donde se producen risas, aplausos, murmullos… ¡Tranquilos, que no saco a nadie a pasar un mal rato! (risas). Si yo consigo que con esta función el público se olvide de sus problemas, yo ya he cobrado, y lo digo de corazón.
Partiendo del refrán “mejor solo que mal acompañado”, ¿qué nos cuenta Patricia, la protagonista de este monólogo?
Patricia es una mujer que empieza en una relación y todo parece estar muy bien, pero oye, pasan un par de meses y el marido ronca, huele un poco mal, hace ruido al masticar… y lo lleva muy mal. Tanto, que hay que terminar con eso co-mo sea. Entonces los maridos, ‘casualmente’, van muriendo. ¿Cómo y por qué? Hay que verlo. Las chicas cuando nos juntamos somos muy deslenguadas, vamos al detalle y al centímetro. Los hombres se sorprenden cuando escuchan a Patricia. ¡A mí me daba mucho pudor contar estas cosas porque algunas me han pasado a mí o a mis amigas!
¿Cómo es esta divertida viuda llamada Patricia?
Yo dejo a elección del espectador si Patricia es una mujer que no está muy bien de la cabeza, si es una psicópata muy muy divertida, si sabe perfectamente lo que hace pero disimula… ¡Yo creo que es una loca divertida! Pero lo que sí está claro es que cae bien. Te puede estar contando las mayores barbaridades del mundo, pero como lo hace con ese acento andaluz, con una gracia y te mira a los ojos, tan directa… ¡la gente llega a justificar los asesinatos! En caso de que los haya, claro (risas).
Además, hay un momento en el que rompe la cuarta pared…
Sí, hay una parte de la función en la que me quito de la cabeza el personaje, vuelvo con mi voz, me siento en una silla y le hablo al público, ya como Beatriz, de las miserias de esta profesión: no todo son brillos, estrenos, dinero, prensa. Hay una parte muy oscura también. Lo pasamos muy bien, pero en mi proceso hay un trasfondo muy duro. ¡¡Pero esto es comedia!! Y en seguida retomo el personaje y la función. Esto y los dos números de cabaret son partes que gustan mucho. Hay lágrima, hay risa… y termino agotada pero con la sensación de que esto es lo que quiero hacer en mi vida.
Actriz, presentadora, modelo… hace ya 25 años que entró en los hogares españoles a través de “El precio justo” y programas infantiles. ¿Cómo recuerda esos comienzos?
Yo siempre rompo una lanza a favor de la TV, porque yo dejé mi Asturias natal para ser actriz aquí en Madrid. Me vine con el callejero debajo del brazo y cuatro fotos caseras y entré en la TV, que fue lo que me permitió hacer después lo que realmente quería, que era interpretar, dar el salto al cine y al teatro. Empecé en “El precio justo” como azafata y solamente tengo palabras de cariño y agradecimiento total hacia el maestro Joaquín Prat, que me enseñó a perder el miedo a la cámara y me dio las lecciones básicas de humildad, comportamiento y profesionalidad.
¿Cuál ha sido el momento más inolvidable de su trayectoria?
¡En 25 años hay muchos! Pero me quedaría con la experiencia de ser dirigida por Fernando Fernán Gómez en dos películas. No hay palabras, era otra dimensión.
¿En qué otros escenarios podemos encontrarla?
¡Tengo una banda de rock! Be Rock, con la que llevo 150 conciertos en 3 años. Hacemos versiones de Led Zeppelin, AC/DC, Scorpions…