¿Qué propone “¡Por fin solo!”?
Explicar anécdotas vividas a lo largo de 40 años de profesión. Son anécdotas tanto personales como profesionales, todas ellas muy locas y divertidas pero, sobre todo, todas reales. Es un espectáculo que, en cierto modo, rinde un homenaje a Tricicle, porque cuento mucho de la compañía, pero también cuento muchas cosas de mí mismo. El público no para de reír, ¡lo hace entre cuatro y cinco veces por minuto!
Este show regresa a Madrid después de un año de gira nacional, ¿cuál es el comentario más recurrente que le han hecho por parte del público?
Que se ríen tanto o más que cuando venían a verme con Tricicle. Realmente, para mí era un reto presentar un espectáculo en solitario y hacerlo, además, cambiando de género, utilizando la palabra, etc, ¡era un desafío! El público una vez te ubica en un espacio le cuesta mucho ubicarte en otro, pero creo haberlo superado con creces.
¿Nos podría adelantar alguna de esas locas anécdotas del show?
¡Tengo por norma no contar ninguna en las entrevistas! Porque es muy importante verlas interpretadas al no ser solamente lo que cuento, que es muy divertido, sino cómo lo cuento. Quedaría muy desvirtuado a la baja todo lo que pueda llegar a contar por escrito…
Tricicle forma parte de la memoria emocional de nuestro país, ¿cuáles fueron sus grandes aciertos y fortalezas para lograr algo tan grande?
Una de las grandezas de Tricicle fue que supimos conectar con un público variadísimo a través de un tipo de humor apto para niños de 10 años igual que para un señor de 80. Esta es una de las grandes virtudes de la que siempre nos hemos sentido muy orgullosos. Todos los espectáculos que hicimos fueron capaces de llenar todos los teatros donde íbamos. Creo que hemos sido gente muy querida porque hemos sabido transmitir esa positividad que tenían nuestros espectáculos y la ternura que tenían nuestros personajes.
¿Qué es lo mejor y lo peor de estar por fin solo, sin la compañía de ‘el calvito’ y ‘el gordito’ a su lado?
Lo mejor, que uno puede decidir desde el momento creativo sin compartir opinión con nadie. Lo más negativo, hacer esos viajes con la ausencia de mis compañeros. Trabajar en solitario siempre me había dado mucho respeto, pero una vez superado y visto el resultado, cómo disfruta la gente y yo mismo, pienso que también es algo positivo.
En suma de todo, ¿por qué motivos no podemos perdernos “¡Por fin solo!” en el Teatro Bellas Artes?
Para aquellos que hayan visto a Tricicle, porque van a disfrutar como locos con historias contadas de una manera en la que, además, verán a Tricicle en el escenario por cómo lo cuento. Hay una gestualidad que llevo en la sangre y en mi adn que vuelvo a revivir. Y para aquellos que, por edad, nunca han visto a Tricicle, porque se ríen exactamente igual al encontrarse con historias absolutamente locas y surrealistas.
¡Ronda de preguntas rápidas! Una obra teatral que le marcó la vida:
Podría decir muchas, pero tal vez me quedaría con una de hace muchísimos años: “Antaviana” de Dagoll Dagom.
En su opinión, el mejor actor y la mejor actriz que tiene este país:
No he podido parar de reír cuando he visto “El Tenorio” interpretado en Barcelona por Andreu Buenafuente y Silvia Abril. Claro que a lo mejor influye un poquito que este espectáculo lo he dirigido yo, ¡puede ser, puede ser! (risas).
La gira de “¡Por fin solo!” finalizará en Barcelona el próximo mes de febrero. ¿Qué planes tiene Carles Sans para después?
Estoy dándole vueltas a mi creatividad –y espero que aún me quede mucha– para darle vueltas a un nuevo espectáculo. Seguiré estando solo, pero el título será otro muy distinto, así como la temática. ¡Voy a seguir dándole a esta profesión que tanto me gusta!
En el plano personal, ¿qué hecho tiene que agradecerle a este año 2024 que termina?
Dado mi carácter de hipocondría, porque soy muy aprensivo, debo agradecer mucho que este año 2024 mis analíticas sean impecables. Creo que a ciertas edades eso es a lo que más debe aspirar una persona que quiere seguir viviendo con salud y alegría.
Teatro Bellas Artes 2024