Si les digo “Los universos paralelos”, ¿qué nos dirían de esta obra?
La obra es una preciosidad. El autor escribe historias con las que te identificas porque habla de seres humanos y de sentimientos universales. El tema es lo más dramático que te puedas imaginar, pero tiene momentos de comedia, como en la vida. Puedes estar pasando lo peor, pero no estás 24 horas al día llorando, intentas seguir con las alegrías, la tristeza y buscando consuelo.
Háblenos de su personaje, Carmen –“Buena gente”, “Cuéntame…”, “Noso-tras”, “Todo sobre mi madre”…– .
Soy la madre de los personajes de Malena y Belén y la relación con mis hijas está basa-da en el amor, el respeto y el cariño. Intenta ayudar a su hija a sobrellevar lo que está pa-sando y lo hace de la mejor manera posible, con la mejor intención, aunque a veces puede fallar. Es una madre con todo lo bueno que conlleva la palabra madre.
¿Qué particular reflexión sacan ustedes de esta obra?
Lo peor que le puede pasar en la vida a una persona es la pérdida de un hi-jo. Yo tengo dos y lo primero que se te ocurre es “Yo no sobreviviría, yo me suicidaría”, pero muy poca gente lo hace. ¿Qué te lleva a seguir adelante? El espíritu de supervivencia y, sobre todo, tener gente alrededor.
Y esta obra bella, sanadora, vuelve a hablar del valor terapéutico del teatro.
Y para todos fue muy acertado ese encuentro con el psicólogo porque también nosotros necesitábamos como implicados agarrarnos a cosas para no caer, tú tienes que pasar tu duelo y buscar armas y objetos para no caer en un pozo negro.