¿Qué es «Vientos de Levante», cómo definiría esta obra?
El viento es un fenómeno atmosférico con capacidades mágicas porque puede derribar o acariciar siendo invisible. Como dice uno de los personajes de la función cuando procede del este -como Mary Poppins- se le llama levante y destroza nervios, ilusiones y cristales.
En esta obra veremos personajes muy diferentes que reaccionan de manera distinta a los vientos de la vida dependiendo de sus circunstancias.
¿De qué nos habla, qué temas trata?
Fundamentalmente es un canto a la vida, una invitación para cumplir los sueños que tengamos mientras sea posible pero habla de muchísimas cosas: de relaciones familiares insondables y complicadas, de amor, del límite social que separa la cordura de la locura, de la crueldad de la ELA y de la importancia de disfrutar de las pequeñas grandes cosas.
¿Qué fue lo más bonito que se lleva para siempre del tiempo en el que escribía este texto?
Lo que me han enseñado todas las personas que han inspirado cada uno de los personajes que aparecen en la función.
¿Qué mensaje le gustaría que calase en el espectador que vaya a ver su montaje?
No pretendo aleccionar, ni mucho menos decirle a nadie lo que debe sentir, pero quizá las situaciones de Vientos de levante nos recuerden que la cuenta atrás de la vida ha comenzado para todos y que es nuestra responsabilidad aprovechar cada instante a pesar de las circunstancias.
No sé si es fácil, pero ¿qué define a la Carolina África que firma esta obra, qué características la definen como autora?
En líneas generales podría decir que me gusta crear personajes reconocibles donde el espectador pueda verse identificado y hablar de temas que para mi son importantes desde situaciones cotidianas que como en la vida entremezclan géneros. La comedia y el drama van de la mano.
Aparte de escribirla, también la dirige y forma parte del reparto. ¿Artista total, economía de medios o para usted las tres disciplinas van de la mano?
Las tres respuestas me parecen complementarias.
Mi escritura va ligada al placer de crear personajes que me gustaría encarnar. Es cierto que si las cosas hubieran sido fáciles al iniciar mi carrera no habría tenido el coraje de explorar otras disciplinas. Ahora lo agradezco y en esa búsqueda continúo. Cuanto más me adentro en cada una de los distintos oficios más aprendo y disfruto de este arte infinito que es el teatro.
Y por supuesto opino que cada labor enriquece a las otras. Siempre digo que hay que escribir como si fueras el actor que va a interpretar ese papel , actuar siendo el dramaturgo que cuenta esa historia y dirigir como si fueras ambas cosas.
Su primera obra se estrenó en Alemania, luego vino la premiada «Verano en diciembre», este texto se estrenó en Ponferrada a finales del año pasado. ¿Qué siente ahora cuando piensa que lo van a poner en escena ni más ni menos que sobre las tablas del Teatro Español?
Siento que soy muy afortunada y estoy muy agradecida a Carme Portacelli, creo que está haciendo una labor maravillosa por apostar de forma contundente por las nuevas voces que estamos trabajando duro por forjarnos un camino.
Fundó y es parte integrante de La Belloch Teatro. ¿No hay que estar un poco loco en los tiempos que corren para embarcarse en semejante proyecto? ¿Cuál es el balance?
Somos un equipo maravilloso del que no puedo estar más orgullosa. Almudena Mestre y Laura Cortón -las otras integrantes de la Belloch- son unas mujeres de bandera y juntas realizamos un trabajo arduo y titánico. Somos productoras, gestionamos un espacio en la calle peñuelas, hemos diseñado y efectuado giras en Colombia, Argentina, Uruguay y México, llevamos 5 producciones en cuatro años y ofreciendo unas condiciones dignas a todos los que trabajan con nosotras.
El balance siendo realistas es que seguimos en la lucha y no es un camino de rosas, el coste humano y económico es muy grande y no se traduce en poder vivir de la compañía.
¿En qué otras cosas anda Carolina África? Otros proyectos….
Ahora mismo estoy como actriz ensayando con Magüi Mira la obra FESTEN que estrenaremos el 3 de marzo en el Centro Dramático Nacional, impartiré gracias a AECID seminarios de dramaturgia e interpretación en Guinea Ecuatorial (Bata y Malabo), seguiré colaborando por segundo año como voluntaria en la cárcel de Valdemoro por medio del proyecto LOVA montando una obra de teatro con reclusos, y trataré de encontrar tiempo para escribir una nueva función que lleva tiempo rondándome el corazón y la cabeza.