Cayetano Fernández

 
¿Cómo definirían “Un chico de…”?

Como un musical moderno en el que recuperamos el título de revista, porque las canciones sí que son de la revista de siempre. Eso sí, una revista mucho más moderna, no como se cantaba antes, y con un espíritu muy actual y de comedia.


¿Qué les atrajo de este proyecto para embarcarse en él?

Sobre todo el personaje que interpreto, porque es genial que no tenga nada que ver conmigo, que tiene otro acento, es gitano…


¿Cómo son sus personajes?

Rafael Montoya Vargas Amaya de Heredia es un personaje de etnia gitana que viene de Granada a Madrid. Él quiere ser un boy de un elenco de revista musical de la época. Siempre ha sido su sueño, estar ahí bailando con las grandes vedettes. Y eso es, en parte, lo que a mí me pasó. Yo soy de un pueblo extremeño y vine a Madrid porque quería ser actor y trabajar en el teatro musical. Y lo que más me gusta de este personaje es que, como viene tan limpio del pueblo, es muy buena persona. No es ningún tonto y lo que quiere lo consigue, por eso se va, aunque su madre no le deje. Su familia le pone muchos problemas, aparece por sorpresa cuando menos se lo espera… ¡pero es divertido!


Si pudieran darle un consejo personal a su propio personaje, ¿cuál sería?

El mismo que yo me doy a mí mismo: que nunca se le olvide el sueño, el objetivo, lo que quiere. Y que vaya a por todas viviendo el día a día, sin mirar mucho hacia el futuro.


En su opinión, uno de los momentazos más divertidos de esta función se produce cuando… 

La parte final es muy divertida porque hay muchos cambios de todo. La vedette principal de la compañía –Rosa Valenty– se marcha y… ¡hay que hacer algo…!


Aparte de interpretación, ¿qué otras artes vamos a verles lucir en escena?

Baile hay mogollón, que para eso está Luis Santamaría, un coreógrafo estupendo. ¡Hacía tiempo que no bailaba y ahora me está costando un montón! (risas), pero es genial, son coreografías muy modernizadas, a lo Broadway.


En definitiva, ¿por qué nadie debería perderse este estreno en La Latina?

Porque es la primera vez que vuelve la revista, un género tan nuestro, ¡después de 23 años! En el 93 fue la última, en La Latina también, “Celeste no es un color” se llamaba. Además, lo hacemos en un ambiente modernizado, por lo que lo pueden ver tanto los señores a los que les gustaba ir a ver una revista musical, como el joven que quiere saber por qué sus padres y abuelos le hablaban de este género. Y también porque se van a reír mucho, porque es una comedia muy rapidita, pasan muchas cosas, somos casi 30 personas en el escenario… 

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