Clément Hervieu-Léger

 
¿Por qué “Monsieur de Pourceaugnac”, qué tiene de especial esta obra?

Es en 1661, con “Les Fâcheux”, que Molière inventa durante una fiesta en Vaux-le-Vicomte, el género teatral denominado comedia-ballet. A lo largo de su trayectoria Molière volverá a esta forma de espectáculo total que aúna teatro, música y danza. En la comedia-ballet, contrariamente a la ópera, es el teatro el que prima y no la música. Todo tiene que servir en primer lugar a la acción dramática. “Monsieur de Pourceaugnac” es para mí la pieza más acabada del género. En esta pieza es imposible cortar las partes cantadas, cortar la música es como en efecto cortar una parte de la historia. En otras piezas,  pienso en “El burgués gentilhombre” o “El enfermo imaginario”, esta imbricación entre teatro y música no es tan fuerte. En “Monsieur de Pourceaugnac” la música es teatro.


 

¿Cómo definiría la obra en una frase?

La joven Julia está prometida a un notable provinciano llegado de Limoges. Pero enamorada de xxx no entiende casarse con un hombre al que no conoce y pone todo de su parte con la ayuda de xx para hacer sabotear esa boda.


 
¿De qué habla? ¿Qué temas trata? ¿A qué nos enfrenta?

“Monsieur de Pourceaugnac” aborda la cuestión del individuo. Nadie ha visto a Pourceaugnac, pero es antes de su llegada a París el hombre a batir. Claro que comprendemos y aprobamos el rechazo de Julie de casarse con un hombre al que no ha visto nunca, pero el empeño que Sbrigani y Nérine van a poner en perder a Monsieur de Pourceaugnac con la excusa de que es extranjero nos obliga a reconsiderar nuestro punto de vista sobre el propio Pourceaugnac. ¿Qué ha hecho para ser víctima de tal ostracismo? Molière nos muestra con qué violencia un grupo constituido puede destruir a un individuo con el solo motivo de que viene de fuera. El placer/ que pone la banda de Sbrigani da miedo. Pourceaugnac abandonará la ciudad, disfrazado de mujer, habiendo perdido hasta su propia identidad.


¿Con qué Molière nos encontramos en esta obra, qué le caracteriza?

A pesar de lo que se tiende a pensar no hay varios Molière, el de las grandes piezas como “Misántropo”, el de las pequeñas obras farceques, el de las comedias-ballet… No hay más que un Molière, el que nos habla de los hombres como ningún otro autor, el que nos autoriza a reír de todo y hace de la comedia un género mayor. En fin, el que pone en la condición humana una mirada increíblemente sombría.


 

¿Por qué cree que Monsieur de Pourceaugnac se representa tan poco?

Yo creo que esto es debido a esta imbricación entre el teatro y la música. Si cortamos la música, la pieza se queda coja y por tanto mucho menos interesante. Si conservamos la música, esto induce a un modo de producción mucho más pesado y de hecho mucho más raro.


 

¿Cómo es el montaje que han creado? Háblenos un poquito de él, de la puesta en escena, de la música, de la estética.

Hemos deseado con William Christie reunir una distribución en la que se mezclan, de manera casi indistinta, cantantes y actores. Aquí los actores cantan, los cantantes actúan y todos bailan juntos. Era para nosotros la manera de ser más fiel al espíritu de esta increíble utopía teatral que es la comedia-ballet. En su estreno en Chambord, Lully dirigía los músicos e interpretaba el primer médico. Los músicos están en el escenario y no en el foso de la orquesta. Estamos muy apegados a este ‘espíritu de tropa’ . nos parecía más interesante trabajar con esta interacción entre las artes que buscar cualquier reconstitución histórica que podría ser la representación de Molièr en el siglo XVII. Ser fiel a una obra no significa ser fiel a las condiciones de representación de su creación. Para salir del imaginario barroco, he querido situar la acción en el París de los años 50. Eso permite acercarnos la pieza, darle más movimiento sin torcerla de una manera o de otra.


¿Qué puede tener de interesante para el público del siglo XXI una obra escrita hace tanto tiempo?

 Molière no deja de hablarnos de nosotros. A la pregunta por qué montar textos clásicos, el gran director francés Antoine Vitez contestaba ‘porque es indispensable trabajar sobre nuestra memoria social’. Intento hacer mía esta respuesta.


 

¿Qué esperan de su paso por Madrid y del público madrileño?

He tenido la suerte de actuar varias veces en Madrid con la Comédie-Française He hecho “Tartufo” y “Misántropo” de Molière. Guardo maravillosos recuerdos de esas representaciones. El público madrileño es extremadamente caluroso. Espero que estará feliz de descubrir esta producción.

Por último, sería fantástico tener algunos datos más concretos de este montaje: fecha y lugar del estreno, lugares por los que ha girado, número de funciones que se han hecho, número de espectadores que han visto antes el montaje, qué recorrido le espera después de Madrid a la obra…  

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