¿Por qué “Hamlet”?
“Hamlet”, tan hermosa y tan perfecta en su forma, ha sido una experiencia enriquecedora continuamente para la compañía. Ha madurado y se ha desarrollado, los actores la han hecho crecer. Es también una obra de teatro tan proteica; que puede responder de diferentes formas en diferentes lugares. Y sus temas relativos a padres e hijos, a la rebelión y a la depresión son universales.
¿Qué tiene de especial la obra de Shakespeare?
Es estremecedor lo relevante, pertinente y poderoso que es todavía. Ha ido ganando terreno en los últimos veinte años y continuará haciéndolo en los próximos cien porque ahora hay un enorme entusiasmo por Shakespeare en China, por ejemplo, y está creciendo en la India.
Está vivo todavía…
Está muy vivo. Escuchamos referencias a sus palabras en cada telenovela, los políticos lo citan y teatros siguen mostrando su obra.
¿Cómo cree que reaccionará el público a «Hamlet» en cada país?
Hemos tenido una reacción increíblemente variada a la producción. Algunos públicos han sido muy expresivos, otros muy tranqui-los pero explotan con entusiasmo cuando cae el telón. Es increíble ver lo que significa la obra en cada país y cómo resuena con el público de diferentes maneras.
¿Dónde se ha podido ver “Hamlet”?
Hemos estado en lugares hermosos. En Chipre, en un anfiteatro grecoromano en Limassol; en Chile al aire libre en el hermoso Parque Inés de Suárez, en Santiago, ante más de 2.500 personas; en Sudán en el Teatro Nacional y en Nigeria en la escuela a la que asistió Ladi Emeruwa –Hamlet–.
¿Qué es lo mejor y lo peor de dirigir el Shakespeare's Globe Theatre?
Lo mejor es compartir la obra con el público; lo peor es cuando una obra termina.
¿Cómo se siente un actor cuando está en el escenario del Globe?
Emocionado, vivo, lleno de energía.