Entrevista a Adriana Ozores, Joaquín Climent y Susi Sánchez por Los hijos

 Con la electricidad racionada y un contador Geiger que mide cualquier signo de radiación, tres físicos nucleares jubilados viven las consecuencias de la catástrofe sufrida en una central. Unidos por estrechos vínculos, este trío se ve obligado a reflexionar sobre el impacto de sus vidas en las generaciones venideras. Escrita por Lucy Kirkwood, David Serrano toma la dirección de esta impactante pieza que, ubicada en una realidad muy cercana, nos interpela sobre el futuro que llega desde un pasado que se acaba. Charlamos con el espectacular elenco formado por Susi Sán-chez –“La enfermedad del domingo”–, Adriana Ozores –“La hora de los valientes”– y Joaquín Climent –“El comisario”. Por ANA VILLA Fotos JAVIER NAVAL
 
¿Qué es “Los hijos” y qué historia presenta?

JOAQUÍN CLIMENT: Es una función escrita por una mujer muy joven con una inteligencia fantástica que retrata a unas personas muy mayores que somos nosotros (risas). Hace una referencia muy clara a cosas tan actuales como el cambio climático en un ambiente como pueda ser un Fukushima o un accidente nuclear en Chernóbil.

SUSI SÁNCHEZ: Parte de una catástrofe nuclear que ha sucedido en Inglaterra y de sus consecuencias, de cómo ha quedado la zona cero, y de la relación entre tres personajes que han sido ingenieros nucleares dentro de esa central. Pero lo que la autora quiere hablar realmente es del cambio climático y de la herencia que dejamos a los que vienen, a nuestros hijos, la responsabilidad que tenemos respecto a eso.

ADRIANA OZORES: Esta es una historia con muchas capas, habla de lo personal, pero también de algo muy universal, que es lo que estamos viviendo con el medio ambiente, un tema que, cada vez, nos atañe más a todos.


¿Qué relación vincula a estos tres personajes?

SUSI: La autora trata tres roles diferentes a través de estos personajes, tres arquetipos: la guerrera (Rose), la madre (yo) y el hombre, que es, sencillamente, el patriarcado en decaden-cia que aparece ya como enfermo. Habrás oído hablar en estos últimos tiempos de la agonía del patriarcado, que tiene que ver con esto. La autora hace una escalada mucho mayor al encuentro en sí.

JOAQUÍN: Los tres son físicos nucleares que trabajaban juntos. Dos de ellos son matrimonio y la tercera también ha tenido una relación con él. Hay mucho vínculo.


Desde sus perspectivas, ¿cómo son sus personajes?

ADRIANA: Rose es una mujer que viene un poco a romper una dinámica más establecida, más convencional, y a hacer una propuesta más transgresora.

JOAQUÍN: Robin es el hombre, evidentemente, y representa una manera de estar que no es machista supuestamente, pero sí es el patriarcado, la figura del hombre como referente, el hombre de la casa, y también a veces un poco el nexo entre ellas dos y con la situación. Él ha sido muy potente, ligón y echado para adelante, pero está un poco vencido por las circunstancias y la edad.

SUSI: Hazel es una mujer casada con Robin. Ambos han sido trabajadores de esta central nuclear y viven alejados de la zona cero, han tenido que cambiar de hogar porque su casa quedó medio derruida después de la catástrofe. Es una mujer muy de la familia, muy cuidadora, muy responsable de su entorno.


¿Cuál es el principal conflicto que viven sus personajes?

JOAQUÍN: El conflicto se trae de fuera y lo trae el personaje de Rose, la examante de Robin, y tiene que ver con la implicación con el mundo tal y como está. Además, tiene el conflicto de verse en un triángulo amoroso, con la relación que tiene con cada una de ellas y los hijos.

ADRIANA: Vive varios, pero más que un conflicto, lo que Rose trae es una decisión que ha tomado en la vida. Tiene un vínculo muy fuerte con las dos personas con las que se encuentra.

SUSI: Hazel vive muy atada a lo suyo y lo que tiene que enfrentar es dar un salto grande para poder ir más hacia fuera, hacia el mundo. Ella se resiste a salir de su área de confort.


Uno de los momentos clave que dan un giro a la pieza se produce cuando…

SUSI: Probablemente el momento más fundamental es prácticamente el final, cuando se toman decisiones.

JOAQUÍN: ¡Es que tiene muchos! (risas). Pero hay una toma de decisión que es un cambio radical de vida ante un hecho que no puedo desvelar.


En suma de todo, ¿por qué consideran altamente recomendable acudir a este estreno?

ADRIANA: Porque van a ver teatro bueno, porque son interpretaciones muy bonitas, al menos nosotros estamos encantados del trabajo que hemos hecho. David Serrano ha hecho un trabajo precioso y creo que va a hacer pensar. Son ingredientes fantásticos para ver teatro hoy en día.

SUSI: Porque la función trata un tema de una candencia absolutamente actual, habla del mundo que le estamos dejando a nuestros hijos y de la responsabilidad que tenemos con respecto a eso, que aún podemos hacer cosas, no simplemente lavarnos las manos y decir “ah, no pudimos hacer nada más, esto fue así”. Esta función tiene que ver con la toma de conciencia –en clave de humor muchas veces– pero una conciencia muy clara del mundo que estamos dejando.

JOAQUÍN: Porque es un texto fantástico que tiene todos los componentes de una gran pieza de teatro por lo que propone, por los personajes, por la actualidad que tiene y porque, realmente, hace reflexionar muchísimo. Y porque está muy bien escrita, dirigida ¡y creo que interpretada! (risas).


El planeta tierra vive un momento límite de gravedad. ¿Qué podemos o debemos hacer las personas de manera individual para enfrentar este problema?

JOAQUÍN: Una toma de conciencia real. Nos hemos acomodado tanto todos haciendo cositas… y parece que estamos cumpliendo, que nos quitamos el cargo de conciencia, “que si no cojo bolsas, que si no gasto no sé qué”, pero realmente esto va muchísimo más allá y el cambio de actitud debe ser radical. Tendrá que ser por fuerza un cambio de vida general del género humano, porque esto si no se nos va de las manos.

SUSI: Mucha gente lo está haciendo ya y tiene que ver con reciclar, con una conciencia de economía de consumo, con una conciencia ecológica en definitiva. Individualmente esta es la posición, aunque a veces dicen que sirve de poco porque luego la mitad de las cosas que reciclas van al mar. Pero esa toma de conciencia no sólo corresponde a los individuos, también a los poderes, a la gente que tiene la capacidad realmente de hacer que esto funcione. Hay gente que dice que esto ya no tiene vuelta atrás, que ya sólo podemos frenarlo un poco para que no sea tan inmediato, y esto a mí me asusta mucho.

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