Entrevista a Ahmed Younoussi por 14.4

 Tiene 34 años y sigue trabajando duro para ser cada día mejor actor. A Ahmed Younoussi lo hemos visto en títulos como “La unidad”, “El Príncipe”, “El aspirante”, “Tánger Gool” o el corto “Metrópolis Ferry”, que marcó su vida. Su nueva vida. Tenía 17 años y había acudido al set de rodaje acompañado de Borja, su tutor –Ahmed había llegado de Marruecos y pasado por varios centros de menores–, para asesorar al actor que interpretaba una trama inspirada en parte en su historia. En aquel set coincidió con Sergio Peris-Mencheta, con el que ha llegado hasta aquí.  Por V. R.  Foto SERGIO PARRA
¿Cuánta culpa tiene Sergio Peris-Mencheta de que estemos hablando hoy?

Toda, toda la culpa (risas). Es un amigo desde hace tiempo, un amigo al que me unen ciertas formas de ver la vida.


Peris-Mencheta le prometió que algún día se subiría a un escenario a compartir su historia. ¿Cómo lo está viviendo?

Como un viaje espacial (risas). Con miedo, con alegría… Un poco de todo, con subidas y bajadas, con risas y lágrimas. Es muy emocionante. Hay ganas y hay miedo, hay respeto…


14.4 kilómetros es la distancia que separa España y Marruecos, Europa y África, y el título de esta pieza cuya dramaturgia firman usted, Sergio y Juan Diego Botto. ¿De qué habla?

“14.4” es el viaje de muchos y muchas. Muchos y muchas que en muchos casos llegaron y en otros tantos no. La historia es un poco la de todos los que un día intentamos venir a Europa.


Llevando el sello de Botto, de Peris-Mencheta, seguro que el texto es lírico, es poético y es bello. Desde la belleza se pueden contar historias duras, ¿no?

Sí, sí, por supuesto. Por muy malo que sea lo que te haya pasado, primero, siempre hay alguien a quien le pasa algo peor que a ti y, segundo, de las cosas malas que te hayan podido pasar siempre se pueden obtener cosas positivas. Las historias desagradables a veces pueden convertirse en historias bonitas de las que la gente puede aprender y entender un poquito más el hecho de hacer una travesía como la que hemos hecho muchos y muchas.


Se enfrenta al público solo en escena. Háblenos de su personaje.

Es un niño. Contamos las vivencias de este niño, los puntos por donde pasó, las anécdotas que vivió… Básicamente son las vivencias de un niño desde la mirada a veces de un niño y a veces desde el punto de vista de la persona que soy hoy.


¿Qué deuda tenemos, como individuos, como sociedad, con esos niños llamados MENAS y que en realidad tienen nombres propios, como Ahmed?

No creo que sea tanto una deuda como tratar de entender. Los chavales que llegan nuevos vienen con una etiqueta puesta, vienen catalogados como chicos malos. Y muchas veces el hecho de que la sociedad ya les incluya en ese saco hace que muchos, sin serlo, se conviertan en eso. Y pienso en un cambio de punto de vista, en darles la oportunidad de que cada uno cuente lo que ha vivido y en qué podemos ayudarle.


Dice Juan Diego Botto que, para chicos como estos, España es vista como el paraíso, pero una vez aquí todo se aleja de lo soñado. ¿Cómo de necesario es contar historias como esta?

Es necesario hacer este tipo de obras, porque al público le pueden ayudar a entender un poco mejor lo que hay detrás de los ojos con los que nos cruzamos. También que pueda viajar con el personaje y sentir un poco lo que se siente. Es muy distinto lo que ve un chaval desde sus ojos de lo que ve la sociedad desde los suyos.


¿Qué le gustaría provocar en el público?

Simplemente me gustaría que el público se fijase en que hay muchos como yo y que todos, todos, vienen con ganas de currar, de cambiar, de estudiar, de aprender el idioma… Evidentemente hay excepciones, como en todos los sitios. Lo cierto que es muchas veces también se cruzan en sus vidas otras vidas y eso los desvía. Están muy desprotegidos y los meten a todos en un centro juntos. Al final lo que se hace es quitarlos de en medio y llevarlos lejos de la sociedad para que molesten lo menos posible, en vez de hacerles ver que hay cosas más allá de lo que conocen y que hay otra forma de vivir que es mucho más sana y mejor.

Muchas veces los educadores han estudiado, llegan a un centro y se encuentran con una situación que no saben cómo controlar. Una cosa es que tú estudies y otra cosa es ir a un centro con diecisiete chavales con muchos problemas mentales. No vale solo con tener una carrera, tienes que mojarte. No es un trabajo de 8 horas, al final estás educando. Pienso que si tú lo ves como un trabajo de 8 horas, voy allí, les doy de cenar y me voy a mi casa, los chavales nunca se van a sentir integrados ni enseñados. Y es lo que pasa en muchos centros, con todo el respeto del mundo hacia los educadores, porque los hay que hacen un trabajo tremendo, espectacular. Hay que valer para entrar a un centro de menores. Hay que tener conocimiento, hay que haber visto o haber tenido de cerca algo parecido. Es un trabajo muy bonito, pero es vocacional

Yo veo muchos chavales en las calles de Madrid dando vueltas sin rumbo y cuando los llevan a un centro ni siquiera quieren ir. En mi época nosotros queríamos ir a los centros porque te encontrabas ahí educadores implicados que te hacía sentir que eres parte de su familia y eso ya te daba un plus para comportarte, para entender que eso es lo mejor. En ese aspecto es muy importante un educador social, al final es la puerta a otra vida, es el que te guía. Yo, por ejemplo, sentía que mis educadores me querían y me ayudaba a sentirme acogido, cuidado.


¿Y cómo está siendo trabajar con estos dos grandes de nuestro teatro?

Una locura (risas). Aparte de tener una amistad con él de la que me siento muy orgulloso, Sergio Peris es mi referente en la interpretación y su forma de dirigir me gusta mucho. Para mí es muy, muy emocionante. Y Juan Diego Botto es un súper profesional al que admiro muchísimo. No puedo estar más contento y más orgulloso de estar rodeado de ellos.


¿Cómo continúa el sueño de Ahmed, aquel chico que llegó desde Marruecos?

Yo soy una persona que vive al día, intento hacer lo mejor que puedo hoy, ser lo más humilde que puedo. No lo sé, hoy soy transportista, trabajo de actor cuando sale y dentro de 25 años quizás quisiera poder, por ejemplo, involucrarme un poco más en el tema de la educación social aquí en la Comunidad de Madrid. Creo que tendría algo que aportar.

VENTA DE ENTRADAS

NOTICIAS RELACIONADAS

Lo más leído
REVISTA TEATROS GRATIS

¡Apúntate a nuestra newsletter!

Recibirás un email semanal con la revista completa, la actualidad destacada y ventajas exclusivas.